Me dispongo a escribir este artículo de opinión porque estamos en “estado de emergencia social”, superando los 2.000 parados y con tendencia a aproximarnos a los 2.500 en primavera, y sin computar los miles de subsidiados agrarios. Muchos cientos de personas sobreviven gracias a los comedores sociales de Cáritas y Cruz Roja, con la ayuda impagable de los voluntarios/-as. Cada vez más familias están en “exclusión social”, sin ayudas, sin agua, sin luz y sin techo. Autónomos y pumes en ruina o cerrando y con clara tendencia a un retroceso socioeconómico que nos lleva a los 18.000 habitantes y a parámetros de los años sesenta o setenta.
Ante esta deriva, que pocos se atreverán a discutir, parece que los que en primer lugar deberían tomar conciencia, pues todos somos responsables, no se dan por enterados. Todo no puede imputarse a Zapatero, Merkel, Rajoy o los Mercados. Sin embargo, lo que más interesa a los baenenses es que había, y a pesar del tiempo perdido hay, un proyecto capaz de generar riqueza, empleo y fundamentalmente ilusión y esperanza. Se llama BaenaCultura, y en nada se asemeja a la utilización interesada y autocomplaciente que de él se hace. Desgraciadamente, hoy, está abandonado y supeditado a intereses y objetivos ajenos a su esencia y fines, siendo la única alternativa capaz de atenuar y frenar nuestro declive.
También creo que he de hacerlo porque es mi responsabilidad, que aún no está extinguida hasta que las urnas legitimen a otro candidato/-a. Y, por último, debo expresar mi opinión por coherencia, actitud lógica y consecuente con una posición anterior, aunque en esta sociedad temerosa y tan dada a denigrar al discrepante, no es fácil practicarla. Pero vamos a lo que importa: hablemos del presente y del futuro.
¿Qué es lo que propongo? Que salvemos el espíritu y la letra de BaenaCultura para generar riqueza y empleo. Permítanme que intente explicarles qué es y qué consecuencias puede tener el correcto y decidido desarrollo del proyecto. Es la puesta en valor de todos nuestros recursos culturales, urbanos, naturales, monumentales, ancestrales, etnográficos y sobre todo de los arqueológicos, únicos e inagotables, mediante una inteligente gestión, que convertiría a Baena en uno de los centros europeos de turismo cultural y transformaría este inmenso potencial en una industria generadora de empleo a corto, medio y largo plazo.
Para ello, en primer lugar, deben cuidarse con esmero el Museo Histórico y Torreparedones, cuya conservación deja mucho que desear. Así mismo, es preocupante la ralentización de las obras del Castillo, que contaba desde hace años con financiación suficiente y es una de las piezas fundamentales del modelo turístico. De igual manera, debería haber abierto sus puertas el Centro de Interpretación de Torreparedones, que no lo ha hecho a pesar de estar financiado desde hace años y cuya obra creo que ya se encuentra finalizada.
Comprado el suelo en 2010, y desde hace tiempo con informe favorable, la Cueva del Yeso, siendo como es otro de los pilares básicos del modelo, sufre un notable retraso en su apertura. Como complemento al equipamiento municipal, y por ende al modelo general, tanto el Centro de Día y sobre todo el Centro de Exposiciones y Congresos, prácticamente finalizado en mayo de 2011, deberían estar en funcionamiento, y este último vinculado al turismo, por ejemplo como recinto de un parque temático cubierto de todos nuestros grandes yacimientos y para actividades empresariales propias de este tipo de edificios.
El impulso definitivo viene de la mano del programa Baniana II de fondos europeos que se presentó en 2010 y se aprobó en los primeros meses de 2011. Dotado con 9,5 millones de euros con cofinanciación municipal del 20 por ciento, que deben invertirse urgentemente, y aún no se ha gastado un solo euro, para potenciar los recursos arqueológicos que nos harán ser un punto de interés turístico-cultural europeo, y no en proyectos y equipamientos improductivos. Por ello el orden de intervención debe ser:
1) Torreparedones: restauración de las murallas, de la basílica y excavación del teatro y de los barrios nobles de la ciudad, de acuerdo con el criterio científico de profesores y arqueólogos.
2) Compra del Cerro de los Molinillos (la operación estaba casi cerrada a comienzos de 2011) se trata de uno de los yacimientos más importantes de España de arte ibero, verdadero centro de interés para Albendín, porque generará un importantísimo flujo turístico cuando se ponga en valor. La Casa de la Cultura puede esperar reparando las instalaciones existentes.
3) Compra y puesta en valor del excepcional yacimiento arqueológico de Iponuba, en El Cerro del Minguillar, acordado con la propiedad en el año 2010.
4) Tramitación del expediente de dominio de La Torre del Montecillo para su excavación, conocimiento y divulgación.
5) Segundo Museo Histórico Arqueológico en los depósitos del castillo, que debe acoger los fondos y restos de los yacimientos de Iponuba, El Cerro de los Molinillos y El Cerro del Montecillo.
6) Apertura al público de la Cueva del Yeso.
7) Ayuda a comercios, restaurantes y, en general, a actividades vinculadas al turismo, especialmente a la adecuación de casa rurales.
8) Mejora de la Almedina y su entorno con intervenciones de urbanización, adecuación, soterramiento de cableado, ayuda a la rehabilitación de viviendas, etc.
9) Cuando se cumplan los anteriores objetivos, y el flujo de visitas lo justifique, llegaría el turno al Hotel. En este momento es estéril este debate puesto que la actividad del Albergue se reduce a un cartel en el que aparece un número telefónico para el hipotético huésped que quiera alojarse y el Hotel Casa Grande pasa serias dificultades por falta de demanda.
Para finalizar, me permito algún comentario sobre la financiación y la gestión del proyecto BaenaCultura. Desde que se gestó, se han invertido más de 18 millones de euros en la adaptación y modernización de la ciudad, restauraciones de monumentos, equipamientos de primer nivel, etc., y en el desarrollo del programa europeo Baniana I. Queda pues, desarrollar el Baniana II e invertirlo adecuadamente.
Yo sé bien de la dificultad de esta gestión. Pero es posible tomando medidas que deberían haberse llevado a cabo desde el primer día de mandato, de ajuste presupuestario en transferencias, en inversiones inadecuadas, en personal sin arbitrariedades, en gasto corriente y en gastos prescindibles, que aunque tentadores y justificables en otros momentos, son absolutamente inaceptables en las circunstancias que actualmente atravesamos.
Alguna otra medida podría explorarse, pero en cualquier caso, aún a costa de ganar impopularidad y de arriesgar resultados electorales, y por ende cargo público, los responsables municipales tienen la obligación de gestionarlo antes de que perdamos el último tren, el tren del progreso y la esperanza, sin que aún hayamos hecho el intento de subirnos a él.
La solvencia y recursos municipales para invertir los 9,5 millones de euros han sido reiteradamente reconocidos desde el propio Ayuntamiento, puesto que ha habido 18 años de superávit municipal, la deuda está en la media razonable y la liquidez está retornando desde las administraciones que habían recibido el anticipo municipal, pero está claro que sin austeridad, sacrificio y medidas impopulares, no podrán administrarse.
En cuanto a la gestión, debe hacerse con la participación de todos, buscando mecenazgos, constituyendo un patronato o figura similar que permita que nuestros excepcionales recursos arqueológicos sean reconocidos a nivel internacional y divulgados con el excelente trabajo que ya se viene realizando por el equipo universitario y arqueológico. La empresa de gestión ha de ser de rango nacional, con visión más amplia del potencial turístico-cultural que albergamos y que comprometa que la mano de obra que se genere sea local. El modelo existente es inadecuado.
Como conclusión, ya que sería ocioso continuar describiendo un modelo que ya está estudiado de forma pormenorizada, en mi opinión, BaenaCultura es la única alternativa viable, con activos económicos, capaz de generar empleo a corto plazo con las inversiones, a medio aún más con la explotación del patrimonio arqueológico y turístico, y a largo, si todos colaboramos y hacemos nuestro el proyecto, puede ser la fuente generadora de empleo más importante del futuro. Algún día vivirán más baenenses del turismo que del olivar.
¿Alguien tiene otra alternativa? Sería bueno conocerla, porque ha llegado el momento de que cada uno pongamos lo mejor de nosotros mismos al servicio de Baena y Albendín y de los baenenses y albendinenses y aparquemos nuestras diferencias. Ante el fracaso del pacto humillante y antiestatutario PSOE-IU, que no ha dado en estos 20 meses transcurridos ninguna obra, proyecto o iniciativa de interés general, corresponde al Gobierno municipal proponer a todos los grupos un “Pacto de Estado”, que supere los intereses partidarios, electoralistas, personales y populistas y que consiga la unanimidad o al menos el apoyo de los dos grupos mayoritarios de la Corporación, que representan a más del 80 por ciento de los baenenses.
Es su obligación. Si no lo hicieran, tarde o temprano, Baena se lo demandará. Es hora de pasar de las palabras a los hechos. Las ideologías pueden esperar, las personas no. Dada la transcendencia, debería haber un debate público y civilizado y no una reacción airada.
Esta propuesta no es una ocurrencia y menos aún una quimera, es el núcleo central de un programa electoral que no se está desarrollando, apoyado por la mayoría de los baenenses el 22 de mayo de 2011, y a la vista de la situación sociopolítica, como Ortega y Gasset escribió de la Segunda República a seis meses de proclamada, yo también digo: “¡No es esto, no es esto!”.
Ante esta deriva, que pocos se atreverán a discutir, parece que los que en primer lugar deberían tomar conciencia, pues todos somos responsables, no se dan por enterados. Todo no puede imputarse a Zapatero, Merkel, Rajoy o los Mercados. Sin embargo, lo que más interesa a los baenenses es que había, y a pesar del tiempo perdido hay, un proyecto capaz de generar riqueza, empleo y fundamentalmente ilusión y esperanza. Se llama BaenaCultura, y en nada se asemeja a la utilización interesada y autocomplaciente que de él se hace. Desgraciadamente, hoy, está abandonado y supeditado a intereses y objetivos ajenos a su esencia y fines, siendo la única alternativa capaz de atenuar y frenar nuestro declive.
También creo que he de hacerlo porque es mi responsabilidad, que aún no está extinguida hasta que las urnas legitimen a otro candidato/-a. Y, por último, debo expresar mi opinión por coherencia, actitud lógica y consecuente con una posición anterior, aunque en esta sociedad temerosa y tan dada a denigrar al discrepante, no es fácil practicarla. Pero vamos a lo que importa: hablemos del presente y del futuro.
¿Qué es lo que propongo? Que salvemos el espíritu y la letra de BaenaCultura para generar riqueza y empleo. Permítanme que intente explicarles qué es y qué consecuencias puede tener el correcto y decidido desarrollo del proyecto. Es la puesta en valor de todos nuestros recursos culturales, urbanos, naturales, monumentales, ancestrales, etnográficos y sobre todo de los arqueológicos, únicos e inagotables, mediante una inteligente gestión, que convertiría a Baena en uno de los centros europeos de turismo cultural y transformaría este inmenso potencial en una industria generadora de empleo a corto, medio y largo plazo.
Para ello, en primer lugar, deben cuidarse con esmero el Museo Histórico y Torreparedones, cuya conservación deja mucho que desear. Así mismo, es preocupante la ralentización de las obras del Castillo, que contaba desde hace años con financiación suficiente y es una de las piezas fundamentales del modelo turístico. De igual manera, debería haber abierto sus puertas el Centro de Interpretación de Torreparedones, que no lo ha hecho a pesar de estar financiado desde hace años y cuya obra creo que ya se encuentra finalizada.
Comprado el suelo en 2010, y desde hace tiempo con informe favorable, la Cueva del Yeso, siendo como es otro de los pilares básicos del modelo, sufre un notable retraso en su apertura. Como complemento al equipamiento municipal, y por ende al modelo general, tanto el Centro de Día y sobre todo el Centro de Exposiciones y Congresos, prácticamente finalizado en mayo de 2011, deberían estar en funcionamiento, y este último vinculado al turismo, por ejemplo como recinto de un parque temático cubierto de todos nuestros grandes yacimientos y para actividades empresariales propias de este tipo de edificios.
El impulso definitivo viene de la mano del programa Baniana II de fondos europeos que se presentó en 2010 y se aprobó en los primeros meses de 2011. Dotado con 9,5 millones de euros con cofinanciación municipal del 20 por ciento, que deben invertirse urgentemente, y aún no se ha gastado un solo euro, para potenciar los recursos arqueológicos que nos harán ser un punto de interés turístico-cultural europeo, y no en proyectos y equipamientos improductivos. Por ello el orden de intervención debe ser:
1) Torreparedones: restauración de las murallas, de la basílica y excavación del teatro y de los barrios nobles de la ciudad, de acuerdo con el criterio científico de profesores y arqueólogos.
2) Compra del Cerro de los Molinillos (la operación estaba casi cerrada a comienzos de 2011) se trata de uno de los yacimientos más importantes de España de arte ibero, verdadero centro de interés para Albendín, porque generará un importantísimo flujo turístico cuando se ponga en valor. La Casa de la Cultura puede esperar reparando las instalaciones existentes.
3) Compra y puesta en valor del excepcional yacimiento arqueológico de Iponuba, en El Cerro del Minguillar, acordado con la propiedad en el año 2010.
4) Tramitación del expediente de dominio de La Torre del Montecillo para su excavación, conocimiento y divulgación.
5) Segundo Museo Histórico Arqueológico en los depósitos del castillo, que debe acoger los fondos y restos de los yacimientos de Iponuba, El Cerro de los Molinillos y El Cerro del Montecillo.
6) Apertura al público de la Cueva del Yeso.
7) Ayuda a comercios, restaurantes y, en general, a actividades vinculadas al turismo, especialmente a la adecuación de casa rurales.
8) Mejora de la Almedina y su entorno con intervenciones de urbanización, adecuación, soterramiento de cableado, ayuda a la rehabilitación de viviendas, etc.
9) Cuando se cumplan los anteriores objetivos, y el flujo de visitas lo justifique, llegaría el turno al Hotel. En este momento es estéril este debate puesto que la actividad del Albergue se reduce a un cartel en el que aparece un número telefónico para el hipotético huésped que quiera alojarse y el Hotel Casa Grande pasa serias dificultades por falta de demanda.
Para finalizar, me permito algún comentario sobre la financiación y la gestión del proyecto BaenaCultura. Desde que se gestó, se han invertido más de 18 millones de euros en la adaptación y modernización de la ciudad, restauraciones de monumentos, equipamientos de primer nivel, etc., y en el desarrollo del programa europeo Baniana I. Queda pues, desarrollar el Baniana II e invertirlo adecuadamente.
Yo sé bien de la dificultad de esta gestión. Pero es posible tomando medidas que deberían haberse llevado a cabo desde el primer día de mandato, de ajuste presupuestario en transferencias, en inversiones inadecuadas, en personal sin arbitrariedades, en gasto corriente y en gastos prescindibles, que aunque tentadores y justificables en otros momentos, son absolutamente inaceptables en las circunstancias que actualmente atravesamos.
Alguna otra medida podría explorarse, pero en cualquier caso, aún a costa de ganar impopularidad y de arriesgar resultados electorales, y por ende cargo público, los responsables municipales tienen la obligación de gestionarlo antes de que perdamos el último tren, el tren del progreso y la esperanza, sin que aún hayamos hecho el intento de subirnos a él.
La solvencia y recursos municipales para invertir los 9,5 millones de euros han sido reiteradamente reconocidos desde el propio Ayuntamiento, puesto que ha habido 18 años de superávit municipal, la deuda está en la media razonable y la liquidez está retornando desde las administraciones que habían recibido el anticipo municipal, pero está claro que sin austeridad, sacrificio y medidas impopulares, no podrán administrarse.
En cuanto a la gestión, debe hacerse con la participación de todos, buscando mecenazgos, constituyendo un patronato o figura similar que permita que nuestros excepcionales recursos arqueológicos sean reconocidos a nivel internacional y divulgados con el excelente trabajo que ya se viene realizando por el equipo universitario y arqueológico. La empresa de gestión ha de ser de rango nacional, con visión más amplia del potencial turístico-cultural que albergamos y que comprometa que la mano de obra que se genere sea local. El modelo existente es inadecuado.
Como conclusión, ya que sería ocioso continuar describiendo un modelo que ya está estudiado de forma pormenorizada, en mi opinión, BaenaCultura es la única alternativa viable, con activos económicos, capaz de generar empleo a corto plazo con las inversiones, a medio aún más con la explotación del patrimonio arqueológico y turístico, y a largo, si todos colaboramos y hacemos nuestro el proyecto, puede ser la fuente generadora de empleo más importante del futuro. Algún día vivirán más baenenses del turismo que del olivar.
¿Alguien tiene otra alternativa? Sería bueno conocerla, porque ha llegado el momento de que cada uno pongamos lo mejor de nosotros mismos al servicio de Baena y Albendín y de los baenenses y albendinenses y aparquemos nuestras diferencias. Ante el fracaso del pacto humillante y antiestatutario PSOE-IU, que no ha dado en estos 20 meses transcurridos ninguna obra, proyecto o iniciativa de interés general, corresponde al Gobierno municipal proponer a todos los grupos un “Pacto de Estado”, que supere los intereses partidarios, electoralistas, personales y populistas y que consiga la unanimidad o al menos el apoyo de los dos grupos mayoritarios de la Corporación, que representan a más del 80 por ciento de los baenenses.
Es su obligación. Si no lo hicieran, tarde o temprano, Baena se lo demandará. Es hora de pasar de las palabras a los hechos. Las ideologías pueden esperar, las personas no. Dada la transcendencia, debería haber un debate público y civilizado y no una reacción airada.
Esta propuesta no es una ocurrencia y menos aún una quimera, es el núcleo central de un programa electoral que no se está desarrollando, apoyado por la mayoría de los baenenses el 22 de mayo de 2011, y a la vista de la situación sociopolítica, como Ortega y Gasset escribió de la Segunda República a seis meses de proclamada, yo también digo: “¡No es esto, no es esto!”.
LUIS MORENO CASTRO
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