El pasado fin de semana han tenido lugar, como inauguración del nuevo Centro de Congresos de Baena, las jornadas de sensibilización por el desarrollo sostenible bajo el título Baena se mueve. Mi opinión sobre dicho Centro ya quedó reflejada en un artículo anterior de esta misma columna, por lo que, para no repetirme, quisiera incidir sobre algunos aspectos de las citadas jornadas, dado que fueron muchas horas las que tuve oportunidad de pasar allí.
Más allá de la visita de dos consejeros de la Junta de Andalucía, del subdelegado del Gobierno central y demás comitiva oficial y protocolaria para estos casos, me quedo con la petición de la alcaldesa para el abandono del pesimismo dominante de este tiempo en su discurso de inauguración.
Es algo con lo que estoy totalmente de acuerdo, si bien yo añadiría la necesidad imperante de un buen diagnóstico y análisis de la realidad que permita la toma de decisiones de forma conveniente en las políticas públicas. Y es que aquí, la alcaldesa también debiera hablar de "herencia recibida" –mucha buena pero otra no tan buena, como la megalomanía del anterior alcalde-, que aún está por ver si sirve para posicionarnos en un buen lugar para la salida de la crisis o, en cambio, nos empuja varios puestos atrás e hipoteca nuestro futuro.
En cualquier caso, la responsabilidad, positiva o negativa, debe ser compartida. En este sentido, hubo más de una persona que echó en falta el stand de la Unión de Empresarios de Baena (Uneba), que tanto había pedido y solicitado un centro de este tipo.
Como patrocinadores de dichas jornadas tenemos a Gas Natural y a Oleícola El Tejar, con sus respectivos stands informativos. En el caso de Gas Natural, es lógico que continúe con su promoción tras la implantación en la localidad. Necesitaría mucho más espacio para disertar sobre la elección entre el gas natural y la tradicional bombona de butano, ya sea atendiendo a la relación eficiencia/precio o al impacto ambiental de ambos productos. Sin embargo, si me dan a elegir para calentar la casa entre el gas natural y una caldera de hueso de aceituna, me quedo con la segunda.
No obstante, aún recuerdo los aplausos de todos, hace años, cuando se conseguía que alguna de las térmicas de carbón o coque de petróleo que vomitaban residuos por las chimeneas en Andalucía se convirtieran a ciclo combinado, pasando a utilizar gas natural y, por consiguiente, contaminando mucho menos. Pero ello no quiere decir que se trate de una energía limpia, alternativa o renovable.
En cambio, respecto a El Tejar, sí que se trata de energía renovable: en este caso, la biomasa de nuestros olivares que se renueva cada año. Tuve la ocasión de intercambiar opiniones con varios de sus técnicos que se encontraban en el stand, a los que le agradecí esta labor informativa, pues debido al alto rechazo que aún provocan las molestias por los olores, es necesario un esfuerzo especial desde la transparencia, tan olvidada desde el inicio, ya sea en la búsqueda de su mejor emplazamiento o la imposición de la quema de harinas cárnicas hace varios años.
En la actualidad, entiendo que puede quedar margen para seguir eliminando los malos olores y, sobre todo, terminar de una vez con los vertidos de alpechín, que no han cesado definitivamente por una u otra razón. Si no es así, sólo nos queda el consuelo de que se trata de dar salida a los subproductos de nuestros olivares, que debe hacerse donde se produce. También podemos acudir a la creación de empleo local, a sabiendas de que a nosotros nunca nos llamarán para trabajar.
Por otro lado, eran varias las empresas que ofrecían estufas y calderas de pellet o hueso de aceituna, tanto locales como de fuera, así como instalaciones de placas fotovoltaicas de los compañeros de RF Solar. Por aquello de que la mejor energía es aquella que no se consume, había también varias firmas especializadas en la instalación de elementos de iluminaría de bajo consumo y eficiencia energética como, por ejemplo, el de Instalaciones José Rafael Amo.
Del sector agroalimentario, además de la Denominación de Origen Baena, el aceite de Cortijo Suerte Alta de Albendín y el queso de los hermanos Peña. Diferentes consultoras de ingeniería, como los proyectos de la familia Alba u otras como Mivesana, relacionadas con la gestión agrícola, restauración de suelos, etc.
A pesar de la tímida asistencia de público, se transmitía optimismo para el desarrollo de los múltiples proyectos que allí se mostraban, siendo en cualquier caso el balance positivo. Y ahora, a esperar para la siguiente, del 2 al 5 de mayo: la I Feria Stock de Baena, pero ésta ya con una aportación de 150 euros más IVA por stand –si se trata de empresa baenense; de lo contrario, le costará el doble-.
Más allá de la visita de dos consejeros de la Junta de Andalucía, del subdelegado del Gobierno central y demás comitiva oficial y protocolaria para estos casos, me quedo con la petición de la alcaldesa para el abandono del pesimismo dominante de este tiempo en su discurso de inauguración.
Es algo con lo que estoy totalmente de acuerdo, si bien yo añadiría la necesidad imperante de un buen diagnóstico y análisis de la realidad que permita la toma de decisiones de forma conveniente en las políticas públicas. Y es que aquí, la alcaldesa también debiera hablar de "herencia recibida" –mucha buena pero otra no tan buena, como la megalomanía del anterior alcalde-, que aún está por ver si sirve para posicionarnos en un buen lugar para la salida de la crisis o, en cambio, nos empuja varios puestos atrás e hipoteca nuestro futuro.
En cualquier caso, la responsabilidad, positiva o negativa, debe ser compartida. En este sentido, hubo más de una persona que echó en falta el stand de la Unión de Empresarios de Baena (Uneba), que tanto había pedido y solicitado un centro de este tipo.
Como patrocinadores de dichas jornadas tenemos a Gas Natural y a Oleícola El Tejar, con sus respectivos stands informativos. En el caso de Gas Natural, es lógico que continúe con su promoción tras la implantación en la localidad. Necesitaría mucho más espacio para disertar sobre la elección entre el gas natural y la tradicional bombona de butano, ya sea atendiendo a la relación eficiencia/precio o al impacto ambiental de ambos productos. Sin embargo, si me dan a elegir para calentar la casa entre el gas natural y una caldera de hueso de aceituna, me quedo con la segunda.
No obstante, aún recuerdo los aplausos de todos, hace años, cuando se conseguía que alguna de las térmicas de carbón o coque de petróleo que vomitaban residuos por las chimeneas en Andalucía se convirtieran a ciclo combinado, pasando a utilizar gas natural y, por consiguiente, contaminando mucho menos. Pero ello no quiere decir que se trate de una energía limpia, alternativa o renovable.
En cambio, respecto a El Tejar, sí que se trata de energía renovable: en este caso, la biomasa de nuestros olivares que se renueva cada año. Tuve la ocasión de intercambiar opiniones con varios de sus técnicos que se encontraban en el stand, a los que le agradecí esta labor informativa, pues debido al alto rechazo que aún provocan las molestias por los olores, es necesario un esfuerzo especial desde la transparencia, tan olvidada desde el inicio, ya sea en la búsqueda de su mejor emplazamiento o la imposición de la quema de harinas cárnicas hace varios años.
En la actualidad, entiendo que puede quedar margen para seguir eliminando los malos olores y, sobre todo, terminar de una vez con los vertidos de alpechín, que no han cesado definitivamente por una u otra razón. Si no es así, sólo nos queda el consuelo de que se trata de dar salida a los subproductos de nuestros olivares, que debe hacerse donde se produce. También podemos acudir a la creación de empleo local, a sabiendas de que a nosotros nunca nos llamarán para trabajar.
Por otro lado, eran varias las empresas que ofrecían estufas y calderas de pellet o hueso de aceituna, tanto locales como de fuera, así como instalaciones de placas fotovoltaicas de los compañeros de RF Solar. Por aquello de que la mejor energía es aquella que no se consume, había también varias firmas especializadas en la instalación de elementos de iluminaría de bajo consumo y eficiencia energética como, por ejemplo, el de Instalaciones José Rafael Amo.
Del sector agroalimentario, además de la Denominación de Origen Baena, el aceite de Cortijo Suerte Alta de Albendín y el queso de los hermanos Peña. Diferentes consultoras de ingeniería, como los proyectos de la familia Alba u otras como Mivesana, relacionadas con la gestión agrícola, restauración de suelos, etc.
A pesar de la tímida asistencia de público, se transmitía optimismo para el desarrollo de los múltiples proyectos que allí se mostraban, siendo en cualquier caso el balance positivo. Y ahora, a esperar para la siguiente, del 2 al 5 de mayo: la I Feria Stock de Baena, pero ésta ya con una aportación de 150 euros más IVA por stand –si se trata de empresa baenense; de lo contrario, le costará el doble-.
PEPE R. SILLERO
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