El título de esta columna no alude a una jocosa pieza teatral, sino a la descripción de la dramática situación que vive el Partido Popular en Andalucía, donde se mantiene la incertidumbre acerca de la elección del próximo líder regional y nuevo candidato que deberá enfrentarse a Susana Díaz, actual presidenta de la Junta de Andalucía.
Con un presidente actual que no lo quiso ser y un aspirante que lo quiere pero no lo nombran, la marca regional del partido que gobierna España, pero no Andalucía, sigue sin poner cara al cartel que deberá presentar en las próximas lecciones autonómicas, aquellas que por cuatro veces consecutivas hicieron que Javier Arenas, el carismático muñidor de los hilos y las fidelidades “personales” de su formación en esta tierra, tuviera que tirar la toalla al no conseguir nunca el respaldo suficiente para auparse al Palacio de San Termo, sede del Gobierno autonómico.
Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla y presidente regional que siempre ha advertido de su transitoriedad al mando del partido en Andalucía, no acaba de ver expedito el camino para su relevo, a pesar de haber avalado por activa y por pasiva a José Luis Sanz como sucesor. Ni siquiera contando con el beneplácito de la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, puede librarse del cargo.
Por segunda vez en poco tiempo, los intentos por designar un líder regional tropiezan con “dificultades” internas que desvelan, en contra de lo asegurado, que la “piña” de los populares andaluces no es de una pieza. Hay divergencias importantes y enfrentamientos poderosos.
Al parecer, existe una lucha soterrada entre Cospedal y Arenas por “controlar” a la persona que deba conducir a los populares al Poder en Andalucía, único territorio importante que se les resiste y que, aunque lo nieguen, les deja en evidencia con políticas que intentan no hacer caer sobre los ciudadanos los costes de la crisis económica y los recortes que impulsa el Gobierno central.
Es la segunda intentona que emprende Zoido, con la complicidad de Cospedal, por imponer a José Luis Sanz, actual secretario general del PP andaluz, alcalde Tomares (Sevilla) y senador, como presidente regional del partido.
Hace unos días tenía prevista una cena con todos los presidentes provinciales para cerrar un pacto y presentar formalmente la candidatura de Sanz en la Junta Directiva regional que celebro después, sin ningún candidato. Por segunda vez, alguien lo impidió.
Además de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno y de los populares y cuya autorización aún no ha sido conseguida, Javier Arenas también representa un serio obstáculo por su lucha en afianzar su control del PP. Además, los líderes populares de Cádiz y Málaga se muestran claramente en contra del candidato sevillano, argumentando su falta de carisma y la imposibilidad de hacer una oposición eficaz en el Parlamento andaluz, al no ser diputado autonómico.
Los tiempos, en cualquier caso, se echan encima. Por ello, los populares han acordado celebrar un congreso extraordinario el 1 y 2 de marzo en Sevilla, en el que formalmente se designará el sucesor de Zoido frente al partido en Andalucía.
Entonces se conocerá definitivamente al “capitán” que intentará pilotar al PP rumbo a la presidencia de la Junta de Andalucía. Es la tercera vez que Zoido pronostica tener un sucesor. Así lo ha asegurado cuando afirmó que “el mes que viene” habrá otro “capitán”. Esperemos que, esta vez, sea la última.
Con un presidente actual que no lo quiso ser y un aspirante que lo quiere pero no lo nombran, la marca regional del partido que gobierna España, pero no Andalucía, sigue sin poner cara al cartel que deberá presentar en las próximas lecciones autonómicas, aquellas que por cuatro veces consecutivas hicieron que Javier Arenas, el carismático muñidor de los hilos y las fidelidades “personales” de su formación en esta tierra, tuviera que tirar la toalla al no conseguir nunca el respaldo suficiente para auparse al Palacio de San Termo, sede del Gobierno autonómico.
Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla y presidente regional que siempre ha advertido de su transitoriedad al mando del partido en Andalucía, no acaba de ver expedito el camino para su relevo, a pesar de haber avalado por activa y por pasiva a José Luis Sanz como sucesor. Ni siquiera contando con el beneplácito de la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, puede librarse del cargo.
Por segunda vez en poco tiempo, los intentos por designar un líder regional tropiezan con “dificultades” internas que desvelan, en contra de lo asegurado, que la “piña” de los populares andaluces no es de una pieza. Hay divergencias importantes y enfrentamientos poderosos.
Al parecer, existe una lucha soterrada entre Cospedal y Arenas por “controlar” a la persona que deba conducir a los populares al Poder en Andalucía, único territorio importante que se les resiste y que, aunque lo nieguen, les deja en evidencia con políticas que intentan no hacer caer sobre los ciudadanos los costes de la crisis económica y los recortes que impulsa el Gobierno central.
Es la segunda intentona que emprende Zoido, con la complicidad de Cospedal, por imponer a José Luis Sanz, actual secretario general del PP andaluz, alcalde Tomares (Sevilla) y senador, como presidente regional del partido.
Hace unos días tenía prevista una cena con todos los presidentes provinciales para cerrar un pacto y presentar formalmente la candidatura de Sanz en la Junta Directiva regional que celebro después, sin ningún candidato. Por segunda vez, alguien lo impidió.
Además de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno y de los populares y cuya autorización aún no ha sido conseguida, Javier Arenas también representa un serio obstáculo por su lucha en afianzar su control del PP. Además, los líderes populares de Cádiz y Málaga se muestran claramente en contra del candidato sevillano, argumentando su falta de carisma y la imposibilidad de hacer una oposición eficaz en el Parlamento andaluz, al no ser diputado autonómico.
Los tiempos, en cualquier caso, se echan encima. Por ello, los populares han acordado celebrar un congreso extraordinario el 1 y 2 de marzo en Sevilla, en el que formalmente se designará el sucesor de Zoido frente al partido en Andalucía.
Entonces se conocerá definitivamente al “capitán” que intentará pilotar al PP rumbo a la presidencia de la Junta de Andalucía. Es la tercera vez que Zoido pronostica tener un sucesor. Así lo ha asegurado cuando afirmó que “el mes que viene” habrá otro “capitán”. Esperemos que, esta vez, sea la última.
DANIEL GUERRERO