En las elecciones europeas, Ciudadanos logró dos escaños. Sin embargo, únicamente hablamos de Podemos, que obtuvo cinco. Albert Rivera, el líder de C's –que en su comunidad de origen ha dado prueba de solvencia y firmeza y se consolida cada vez más como esencial alternativa al separatismo– emerge cada vez entre los políticos nacionales mejor valorados, pero los focos siguen prendidos de la coleta de Pablo Iglesias. De nada sirve que en los últimos y cada vez más arrítmicos y hasta contradictorios sondeos se instale una tendencia creciente.
Rivera va escalando en puntuación hasta situarse en ocasiones en lo más alto, con una nota de un 4,2, mientras que Iglesias ha sufrido, hasta en alguno muy afín, un considerable desgaste, quedando ya por debajo del 4.
Rosa Díez, y esto no es nada baladí pues durante mucho tiempo solía encabezar ese ranking, está cada vez más abajo. La lista, por cierto, que no la de la perspectiva de voto, suele ser la alegría del nuevo líder socialista, Pedro Sánchez, aunque también le da la cosa en eso muy bien al presunto futuro cabeza de IU, Alberto Garzón.
Rajoy esa lista ya ni se la mira para no llevarse disgustos. Aparece casi como un residuo del pasado entre tanto novato, aunque a la de UPyD –que ha cultivado algo así como que ella en esto era nueva y casi virgen– le ha dejado de colar el mensaje.
Pero lo cierto es que para los próximos movimientos electorales lo que ya tenemos es una hornada absolutamente nueva y, cuando lleguen las generales, en la iconografía no va a quedar casi vestigio de las anteriores. En todo caso, Mariano –y ya veremos– y Rosa –pero marchita–.
Vamos a empezar a configurar un nuevo territorio y unos protagonistas diferentes. De primeras dadas, lo que parece es que Podemos se zampa a IU y muerde al PSOE hasta sobrepasarlo. En lo que respecta a la implosión de la izquierda y que Podemos se merienda del todo a IU, parece muy cantado y, para mejor muestra, el triunfo sobre los resistentes en Madrid de Tania Sánchez que, aunque nos salga con que es machismo el mozo Iglesias, supone un hecho relevante que sea su pareja.
Si la cosa se complica, y se está complicando, Podemos va de Sobrados y ya no quieren pactos, sino merendárselos. ¿Se confrontarán Tania, electa candidata, y el que elijan los de su Pablo? Pero me malicio que aquí pueden cometer un error grave de cálculo y que IU puede resucitar en los municipios si Podemos desprecia la conjunción de fuerzas. Pueden darse de bruces con realidades donde Twitter y pulpitos televisivos cuentan menos
Pero no quiero caer en lo que señalaba. De eso hablamos y hablaremos demasiado y se nos pasa lo que está pasando por Ciudadanos y por UPyD. A los de Rosa Díez se les ha visto demasiado claro que huían del pacto que desde años les ofrece Rivera como si la peste fuera.
A ellos les sucede al contrario que Podemos: de ir de crecidos van ahora de merma. Y lo saben, digan lo que digan. Ciudadanos avanza y ellos retroceden. Unirse era buena solución pero entonces el “partido de Rosa Díez” dejaría de serlo –de ser suyo, vamos– y por ahí no pasa.
Albert Rivera no va como Iglesias. Tiene otra marcha y otros tiempos. No arrolla ni avasalla en platós y sondeos. Pesca en UPyD, pero también en el PSOE y en el PP. Busca el centro: a la izquierda en lo social, a la derecha en lo económico. Y lo que hace es ir extendiéndose de manera más apacible y sosegada.
Tienen claro además algo que no tiene Podemos, obsesionado en utilizar la bala de plata solo en las elecciones generales (aunque acabara por ir a las autonómicas y en ciertos sitios a las municipales), y es que la política local, ayuntamiento a ayuntamiento, ha de de ser su primer gran paso nacional tras la europeas.
Se están esforzando y consiguiendo que sus candidaturas completen el mapa de todas las comunidades y de las capitales y ciudades más importantes de España. Más calladamente y sin tanto ruido mediático –aunque algunas presencias en su acto de Madrid, como la de Leguina, sí lo han armado–, Ciudadanos va adentrándose en muchos territorios y a mí me empieza a dar, y no lo ocultaré, a esperanzar que en las próximas matemáticas de pacto y poder, quizás vaya a resultar que sean ellos quienes, en muchas ocasiones, tengan, amén de voz y voto, capacidad de decisión y que algunos, en exceso sobrados, pueden encontrarse con que los suflés decrecen y las burbujas estallan. Que a día de hoy, los pájaros de que presumen están volando. Los suyos y los de todos.
Rivera va escalando en puntuación hasta situarse en ocasiones en lo más alto, con una nota de un 4,2, mientras que Iglesias ha sufrido, hasta en alguno muy afín, un considerable desgaste, quedando ya por debajo del 4.
Rosa Díez, y esto no es nada baladí pues durante mucho tiempo solía encabezar ese ranking, está cada vez más abajo. La lista, por cierto, que no la de la perspectiva de voto, suele ser la alegría del nuevo líder socialista, Pedro Sánchez, aunque también le da la cosa en eso muy bien al presunto futuro cabeza de IU, Alberto Garzón.
Rajoy esa lista ya ni se la mira para no llevarse disgustos. Aparece casi como un residuo del pasado entre tanto novato, aunque a la de UPyD –que ha cultivado algo así como que ella en esto era nueva y casi virgen– le ha dejado de colar el mensaje.
Pero lo cierto es que para los próximos movimientos electorales lo que ya tenemos es una hornada absolutamente nueva y, cuando lleguen las generales, en la iconografía no va a quedar casi vestigio de las anteriores. En todo caso, Mariano –y ya veremos– y Rosa –pero marchita–.
Vamos a empezar a configurar un nuevo territorio y unos protagonistas diferentes. De primeras dadas, lo que parece es que Podemos se zampa a IU y muerde al PSOE hasta sobrepasarlo. En lo que respecta a la implosión de la izquierda y que Podemos se merienda del todo a IU, parece muy cantado y, para mejor muestra, el triunfo sobre los resistentes en Madrid de Tania Sánchez que, aunque nos salga con que es machismo el mozo Iglesias, supone un hecho relevante que sea su pareja.
Si la cosa se complica, y se está complicando, Podemos va de Sobrados y ya no quieren pactos, sino merendárselos. ¿Se confrontarán Tania, electa candidata, y el que elijan los de su Pablo? Pero me malicio que aquí pueden cometer un error grave de cálculo y que IU puede resucitar en los municipios si Podemos desprecia la conjunción de fuerzas. Pueden darse de bruces con realidades donde Twitter y pulpitos televisivos cuentan menos
Pero no quiero caer en lo que señalaba. De eso hablamos y hablaremos demasiado y se nos pasa lo que está pasando por Ciudadanos y por UPyD. A los de Rosa Díez se les ha visto demasiado claro que huían del pacto que desde años les ofrece Rivera como si la peste fuera.
A ellos les sucede al contrario que Podemos: de ir de crecidos van ahora de merma. Y lo saben, digan lo que digan. Ciudadanos avanza y ellos retroceden. Unirse era buena solución pero entonces el “partido de Rosa Díez” dejaría de serlo –de ser suyo, vamos– y por ahí no pasa.
Albert Rivera no va como Iglesias. Tiene otra marcha y otros tiempos. No arrolla ni avasalla en platós y sondeos. Pesca en UPyD, pero también en el PSOE y en el PP. Busca el centro: a la izquierda en lo social, a la derecha en lo económico. Y lo que hace es ir extendiéndose de manera más apacible y sosegada.
Tienen claro además algo que no tiene Podemos, obsesionado en utilizar la bala de plata solo en las elecciones generales (aunque acabara por ir a las autonómicas y en ciertos sitios a las municipales), y es que la política local, ayuntamiento a ayuntamiento, ha de de ser su primer gran paso nacional tras la europeas.
Se están esforzando y consiguiendo que sus candidaturas completen el mapa de todas las comunidades y de las capitales y ciudades más importantes de España. Más calladamente y sin tanto ruido mediático –aunque algunas presencias en su acto de Madrid, como la de Leguina, sí lo han armado–, Ciudadanos va adentrándose en muchos territorios y a mí me empieza a dar, y no lo ocultaré, a esperanzar que en las próximas matemáticas de pacto y poder, quizás vaya a resultar que sean ellos quienes, en muchas ocasiones, tengan, amén de voz y voto, capacidad de decisión y que algunos, en exceso sobrados, pueden encontrarse con que los suflés decrecen y las burbujas estallan. Que a día de hoy, los pájaros de que presumen están volando. Los suyos y los de todos.
ANTONIO PÉREZ HENARES