La pasada semana concluía el estudio de tres esculturas sedentes que fueron encontradas en Torreparedones. Una vez que las piezas sean restauradas y ensambladas serán expuestas en el patio del Museo Histórico y Arqueológico y se realizarán réplicas para colocarlas en su lugar de origen: el rostrum del templo ubicado en el foro romano.
Según explica el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, a finales del año 2011 se encontraron en la Curia de la ciudad romana de Torreparedones (colonia Virtus Iulia Ituci) numerosos fragmentos pertenecientes a tres esculturas sedentes de mármol que impresionaron a los arqueólogos e investigadores del yacimiento por su singularidad y tamaño, superior al natural.
Aquellas estatuas, dos masculinas y una femenina, que representaban a diferentes miembros de la dinastía julio-claudia (Augusto, Calígula/Claudio y quizás Agripinia o Livia), fueron recogidas del templo forense y escondidas en la sede del senado local a finales del siglo II d.C.
Antes de proceder a su restauración y ensamblaje se han desarrollado diversos estudios y análisis previos que son claves para asegurar un buen resultado final. Son unos análisis que han contado con la financiación económica de la Universidad de Córdoba y el Ayuntamiento de Baena.
En primer lugar, se ha llevado a cabo un escaneado tridimensional -a cargo de la empresa FAICO (Centro de Innovación y Tecnología)- de todos los fragmentos, elaborándose un modelo digital a partir del estudio de casamientos entre los fragmentos para reconstruir virtualmente cada una de las esculturas y así facilitar los posteriores trabajos de restauración y musealización.
Por otro lado, se ha procedido a un análisis detallado para conocer la policromía original de las esculturas mediante la aplicación de una serie de novedosas técnicas cuyos resultados han sido espectaculares. Los trabajos los han llevado a cabo las empresas IPPH (Investigaciones para el Patrimonio Histórico) y Arqueocad, S.L. con el apoyo del grupo de investigación de la UCO que integran los profesores Carlos Márquez y Ángel Ventura.
Los análisis no destructivos de espectrometría Raman realizados a diferentes muestras por el Departamento de Química Orgánica de la UCO han confirmado la indiscutible presencia de policromía en estas esculturas colosales. Dichas muestras ponen de manifiesto el empleo de diferentes variedades de pigmentos, entre los que destacan el azul egipcio, el rojo (hematites) o el amarillo ocre (mezcla de goethita, arcilla y sílice), mezclados con carbón, carbonato cálcico u otras sustancias para conseguir diferentes tonalidades.
A partir de estos resultados químicos, de la fotografía multiespectral e infrarroja y del estudio mediante luminiscencia inducida (VIL) ha sido posible plantear una serie de hipótesis en cuanto a la vestimenta concreta con la que aparecen representados los emperadores Augusto, Calígula/Claudio y la escultura imperial femenina.
El Princeps aparece ataviado con el latus clavus o túnica de los senadores romanos y la toga purpúrea propia de los emperadores y censores romanos. Por el contrario, los pigmentos analizados de la figura atribuida al emperador Calígula/Claudio confirman que éste aparece representado con la túnica palmata (decorada con diferentes motivos en colores azul egipcio y rojo) y la toga picta (púrpura con decoración dorada), es decir, la vestimenta pública más llamativa denominada triumphalis vestis (hábito de los triunfadores).
En la zona del pecho existe una alta concentración de pigmento azul egipcio que parece dibujar una cabeza de felino. Por su parte, la escultura femenina aparece vestida a la manera griega, con una túnica de color rojo decorada en los bordes con amarillo y un manto de color azul, con ribete dorado en los bordes.
Según explica el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, a finales del año 2011 se encontraron en la Curia de la ciudad romana de Torreparedones (colonia Virtus Iulia Ituci) numerosos fragmentos pertenecientes a tres esculturas sedentes de mármol que impresionaron a los arqueólogos e investigadores del yacimiento por su singularidad y tamaño, superior al natural.
Aquellas estatuas, dos masculinas y una femenina, que representaban a diferentes miembros de la dinastía julio-claudia (Augusto, Calígula/Claudio y quizás Agripinia o Livia), fueron recogidas del templo forense y escondidas en la sede del senado local a finales del siglo II d.C.
Antes de proceder a su restauración y ensamblaje se han desarrollado diversos estudios y análisis previos que son claves para asegurar un buen resultado final. Son unos análisis que han contado con la financiación económica de la Universidad de Córdoba y el Ayuntamiento de Baena.
En primer lugar, se ha llevado a cabo un escaneado tridimensional -a cargo de la empresa FAICO (Centro de Innovación y Tecnología)- de todos los fragmentos, elaborándose un modelo digital a partir del estudio de casamientos entre los fragmentos para reconstruir virtualmente cada una de las esculturas y así facilitar los posteriores trabajos de restauración y musealización.
Por otro lado, se ha procedido a un análisis detallado para conocer la policromía original de las esculturas mediante la aplicación de una serie de novedosas técnicas cuyos resultados han sido espectaculares. Los trabajos los han llevado a cabo las empresas IPPH (Investigaciones para el Patrimonio Histórico) y Arqueocad, S.L. con el apoyo del grupo de investigación de la UCO que integran los profesores Carlos Márquez y Ángel Ventura.
Los análisis no destructivos de espectrometría Raman realizados a diferentes muestras por el Departamento de Química Orgánica de la UCO han confirmado la indiscutible presencia de policromía en estas esculturas colosales. Dichas muestras ponen de manifiesto el empleo de diferentes variedades de pigmentos, entre los que destacan el azul egipcio, el rojo (hematites) o el amarillo ocre (mezcla de goethita, arcilla y sílice), mezclados con carbón, carbonato cálcico u otras sustancias para conseguir diferentes tonalidades.
A partir de estos resultados químicos, de la fotografía multiespectral e infrarroja y del estudio mediante luminiscencia inducida (VIL) ha sido posible plantear una serie de hipótesis en cuanto a la vestimenta concreta con la que aparecen representados los emperadores Augusto, Calígula/Claudio y la escultura imperial femenina.
El Princeps aparece ataviado con el latus clavus o túnica de los senadores romanos y la toga purpúrea propia de los emperadores y censores romanos. Por el contrario, los pigmentos analizados de la figura atribuida al emperador Calígula/Claudio confirman que éste aparece representado con la túnica palmata (decorada con diferentes motivos en colores azul egipcio y rojo) y la toga picta (púrpura con decoración dorada), es decir, la vestimenta pública más llamativa denominada triumphalis vestis (hábito de los triunfadores).
En la zona del pecho existe una alta concentración de pigmento azul egipcio que parece dibujar una cabeza de felino. Por su parte, la escultura femenina aparece vestida a la manera griega, con una túnica de color rojo decorada en los bordes con amarillo y un manto de color azul, con ribete dorado en los bordes.
REDACCIÓN / BAENA DIGITAL