Ir al contenido principal

Cambio político en Andalucía

Las urnas ya han revelado en Andalucía, durante la primera consulta a los ciudadanos en un año de saturación electoral, el sentir de los votantes. El enfrentamiento entre todos los contrincantes dispuestos a ganar este asalto ha ofrecido un resultado, aunque repetidamente anunciado no por ello apetecido, de diversidad. Nadie ha ganado el combate, excepto el Partido Socialista que mantiene sus 47 escaños, aunque todos vendan su participación como un triunfo.



El convencional bipartidismo a que estábamos acostumbrados entre el PP y el PSOE de mayorías absolutas deviene en un bipartidismo imperfecto, constituido por minorías, en el que otras formaciones entran en el juego de facilitar con su apoyo el bipartidismo añoso que pretendían derribar.

Cinco partidos compondrán el nuevo Parlamento andaluz, en el que estarán presentes dos nuevas formaciones que irrumpen con fuerza: Podemos y Ciudadanos, con 15 y 9 escaños, respectivamente. Los grandes derrotados son el Partido Popular, que sufre un gran batacazo con la pérdida de 17 escaños, e Izquierda Unida, que reduce su presencia al mínimo exigido para formar grupo parlamentario: cinco diputados. Este es el resultado de las elecciones autonómicas celebradas el domingo en Andalucía.

A partir de ahora se abre un nuevo panorama político, mucho más fragmentado, como vaticinaban las encuestas, que revela la pluralidad existente en la sociedad. Es sintomático que esa nueva realidad se base en la continuidad del PSOE en el Gobierno de una Comunidad en la que nunca ha habido alternancia política durante todo el actual período democrático.

Sin embargo, los ciudadanos han optado por un “cambio” tan tranquilo que deberá promoverlo las viejas siglas de una socialdemocracia a la que se le da la espalda en el resto del Continente europeo. La recuperación económica, la creación de empleo, el mantenimiento de las políticas sociales, la transparencia en la gestión y la erradicación de la corrupción serán los retos a los que se enfrentará el nuevo-viejo Gobierno andaluz presidido por Susana Díaz, la primera mujer que gana unas elecciones en Andalucía.

Habrá que ver qué aritmética parlamentaria realiza para asegurar la estabilidad de su Gobierno, cuando ya había advertido en campaña que jamás buscaría el apoyo del PP y Podemos. La irrupción de Ciudadanos, con nueve diputados, podría facilitarte la mayoría suficiente con la que transitar con tranquilidad este nuevo tiempo de minorías diversas.

La abstención de la oposición posibilitará su investidura aunque no consiga ningún acuerdo de gobierno. En principio, por tanto, la fragmentación parlamentaria no conlleva necesariamente la inestabilidad de la Junta de Andalucía, sino la obligación de practicar con más intensidad el diálogo, de alcanzar acuerdos y de buscar el consenso en las políticas a implementar.

DANIEL GUERRERO
© 2020 Baena Digital · Quiénes somos · montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.