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Venezuela

Hace unas semanas nos quedamos muchos estupefactos. La noticia y las imágenes eran para llorar. En Venezuela fue detenido, con un despliegue de medios propio de un ataque yihadista, el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma. Decenas de uniformados entraron violentamente en el edificio donde tenía su despacho y con todo tipo de violencia se lo llevaron sin que mediara una orden judicial.



Hay muchas cosas que comentar sobre el caso, pero hoy quería referirme a un aspecto: los que detuvieron al alcalde acusado de conspirar contra el régimen venezolano fueron miembros del servicio secreto del país y parece que se lo llevaron a su sede, situada en el centro de la capital.

La actuación de los espías en estos casos es algo que no ocurre en los países democráticos. En España a nadie se le ocurre que el CNI proceda a detener a nadie. Su misión es conseguir información que ayude al Gobierno a tomar decisiones. Si en sus pesquisas obtiene datos concretos para detener a terroristas de cualquier grupo, le pasa la información a la Policía o a la Guardia Civil, que judicializan el tema y proceden en consecuencia.

Otra cosa es lo que ocurre en las dictaduras. Ejemplos históricos como la Gestapo de la Alemania nazi o los servicios secretos de Argentina y Chile durante las dictaduras militares demuestran que se usa al espionaje como policía política para investigar, detener, torturar y matar a los opositores al régimen. Lo espías no deben estar para eso. Y si lo están es porque el régimen ha perdido el norte y necesita cuerpos represores para mantenerse en el poder y acabar con la oposición interna. ¡Qué pena!

FERNANDO RUEDA
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