Dentro del mundo de los arquitectos, es habitual la formación de un estudio en el que dos o más profesionales de este ámbito trabajen juntos. Es más, se dan casos en los que dos de ellos firmen sus proyectos a lo largo de los años, dado que la compenetración es muy grande entre los mismos. Por ejemplo, en nuestra tierra es muy conocida la firma de Cruz y Ortiz, que responde a los apellidos de dos reconocidos arquitectos como son Antonio Cruz y Antonio Ortiz, ya que los dos comparten estudio y proyección profesional en su lugar de origen: Sevilla.
Pero más curioso es el caso de los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, puesto que sus vidas parecen totalmente paralelas desde siempre. Ambos nacieron en la ciudad suiza de Basilea en el mismo año de 1950, con escasos días de diferencia (el 19 de abril el primero y el 8 de mayo el segundo), por lo que cumplen los 65 años estos días.
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Desde pequeños fueron al mismo colegio, por lo que allí mismo se conocieron. Pasados los años, estudiaron Arquitectura en el ETH, la Escuela Politécnica de Zúrich, donde recibieron clases del gran arquitecto italiano Aldo Rossi.
Sobre ambos autores, Enrique Domínguez Uceta nos dice lo siguiente: “La firmeza de su colaboración es infrecuente, y se basa en el respeto y la admiración mutuos. La capacidad de diálogo, que se ha convertido en una seña de identidad de la firma, tiene su origen en la manera de trabajar de sus titulares, que comparten el interés por el arte y los fenómenos urbanos, por la indagación y la búsqueda del sentido profundo del hecho arquitectónico”.
En el 2001 recibieron el premio Pritzker de Arquitectura, siendo los primeros suizos que recibirían este galardón. Hasta 2009 no volvería a recaer esta distinción en otro autor de esta nacionalidad en la persona de Peter Zumthor, que, de manera opuesta a los anteriores, sus obras minimalistas son de una sencillez extrema.
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En la actualidad, la firma Herzog & de Meuron es conocida internacionalmente, pues ambos han logrado tener un prestigio al alcance de unos pocos. Y su mayor proyección se produjo cuando el Gobierno chino les encargó, tras resultar ganadora su propuesta en concurso, el Estadio Nacional que albergaría los Juegos Olímpicos del 2008 en Pekín.
El resultado, verdaderamente sorprendente, llegó a convertirse en un auténtico icono o símbolo de una nación como lo llegó a ser la Torre Eiffel de París. La propuesta de los arquitectos suizos se alejó del monumento imponente que, dadas las dimensiones y la inmensidad del tamaño, se esperaría. Sin embargo, el resultado innovador, tanto en la estructura como en la forma de conjunto, dio lugar a que los pequineses le apodaran de forma cariñosa con el nombre de “el Nido”, ya que les evocaba al hogar de los pájaros.
Todos los que siguieron los eventos de estos Juegos Olímpicos no olvidarán la intrincada estructura de pilares metálicos que se entrecruzan, formando una especie de “bosque artificial”, según las palabras de los propios autores.
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Dado que siempre acudo a nombres internacionales que hayan realizados proyectos en España, en el caso de Jacques Herzog y Pierre de Meuron citaría de manera destacada la remodelación que llevaron a cabo en el edificio ubicado en el Paseo del Prado de Madrid y que actualmente se le conoce como CaixaForum, con dedicación a actividades culturales.
Su apertura, en 2008, coincidió la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín, por lo que los arquitectos suizos dieron a conocer en el mismo año dos de sus más relevantes obras.
El conjunto del CaixaForum es una de las intervenciones más interesantes de las realizadas en la capital española en la primera década del siglo XXI, y uno de los trabajos de Herzog y de Meuron que mejor explican su personal manera de entender el oficio de arquitectura, en la que se integran de la mejor forma la tradición y la innovación.
Ciertamente, al visitante que se acerca lo primero que le impresiona es el jardín vertical en la medianera de un edificio colindante y montado sobre una tramoya metálica, proyectado por el artista botánico francés Patrick Blanc. Por otro lado, para realizar este centro cultural mantuvieron las paredes de ladrillo visto de una antigua central eléctrica, elevando sobre ellas unas plantas con paredes de acero corten, que se integran al tiempo que se aprecia que es una parte nueva.
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Otras dos obras que han proyectado en nuestro país son el TEA (Tenerife Espacio de las Artes), ubicado en Santa Cruz de Tenerife, y el centro de congresos Forum de Barcelona.
El 8 de mayo del 2004 se inauguró en Barcelona el Fórum Universal de las Culturas en el entorno del parque Forum y en el inicio de la avenida Diagonal. Antes del evento, quedó acabado un singular edificio triangular y de color azul firmado por Herzog y de Meuron. En la actualidad recibe el nombre de Museu Blau de las ciencias naturales, puesto que forma parte del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Cataluña.
La imagen exterior que ofrece es la de un prisma triangular de fachada rugosa de color azul, con franjas de vidrio vertical, como si fueran láminas de agua derramándose por las paredes. El edificio se sostiene en 17 puntos de apoyo, y, como es habitual en la arquitectura de los autores suizos, en la planta baja se crea un espacio abierto al público, de modo similar a lo que sucede en el CaixaForum de Madrid.
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Quienes viajan Londres con cierto tiempo no suelen dejar de visitar la Tate Gallery, uno de los museos de arte moderno más importantes del mundo, cuyo significado se amplió con la Tate Modern, ya que supuso una transformación completa de la vida cultural y artística de la ciudad londinense.
Herzog y de Meuron remodelaron la antigua central eléctrica que se encontraba junto al Támesis, conservando el gran volumen de la obra que inicialmente proyectara el arquitecto londinense sir Giles Gilbert Scott, aprovechando la chimenea como emblema de la institución.
Mantuvieron el gran espacio interior ocupado por la enorme sala de turbinas, convirtiéndolo en una plaza urbana cubierta, iluminada cenitalmente a través de un gran lucernario, abierta al público y que puede acoger exposiciones de grandes piezas, al tiempo que posibilita el acceso a la tienda y a los servicios. La nueva intervención ha dado lugar a que la Tate Modern sea el museo de arte moderno más visitado del mundo.
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“En la actualidad, Herzog & de Meuron es una sólida firma dedicada a la producción de edificios, con 340 empleados de 38 nacionalidades repartidos por todo el planeta. Teniendo su sede en la ciudad suiza de Basilea, cuenta con oficinas abiertas en Hamburgo, Londres, Madrid y Nueva York”, esto es lo que nos dice Domínguez Uceta en un libro editado en 2011 y dedicado a la obra de estos dos grandes creadores.
Dada la enorme lista de edificios firmados por los arquitectos suizos, quiero cerrar con otra obra realmente significativa: el Elbphilharmonie de Hamburgo.
Sobre el viejo y gigantesco edificio con cerramiento de ladrillo dedicado a ser almacén de cacao y situado en el puerto de Hamburgo y a orillas del rio Elba, Jacques Herzog y de Pierre de Meuron proyectaron un gran centro urbano vertical de variadas funciones, entre ellas la que acogerá a la Orquesta Filarmónica de Hamburgo.
El gran volumen de vidrio que se levanta sobre la mole de ladrillo da como resultado un magnífico edificio en el que se articulan la solidez del antiguo almacén de cacao y con la ligereza que ofrece la nueva obra que se sustenta sobre la antigua.
Pero más curioso es el caso de los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, puesto que sus vidas parecen totalmente paralelas desde siempre. Ambos nacieron en la ciudad suiza de Basilea en el mismo año de 1950, con escasos días de diferencia (el 19 de abril el primero y el 8 de mayo el segundo), por lo que cumplen los 65 años estos días.
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Desde pequeños fueron al mismo colegio, por lo que allí mismo se conocieron. Pasados los años, estudiaron Arquitectura en el ETH, la Escuela Politécnica de Zúrich, donde recibieron clases del gran arquitecto italiano Aldo Rossi.
Sobre ambos autores, Enrique Domínguez Uceta nos dice lo siguiente: “La firmeza de su colaboración es infrecuente, y se basa en el respeto y la admiración mutuos. La capacidad de diálogo, que se ha convertido en una seña de identidad de la firma, tiene su origen en la manera de trabajar de sus titulares, que comparten el interés por el arte y los fenómenos urbanos, por la indagación y la búsqueda del sentido profundo del hecho arquitectónico”.
En el 2001 recibieron el premio Pritzker de Arquitectura, siendo los primeros suizos que recibirían este galardón. Hasta 2009 no volvería a recaer esta distinción en otro autor de esta nacionalidad en la persona de Peter Zumthor, que, de manera opuesta a los anteriores, sus obras minimalistas son de una sencillez extrema.
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En la actualidad, la firma Herzog & de Meuron es conocida internacionalmente, pues ambos han logrado tener un prestigio al alcance de unos pocos. Y su mayor proyección se produjo cuando el Gobierno chino les encargó, tras resultar ganadora su propuesta en concurso, el Estadio Nacional que albergaría los Juegos Olímpicos del 2008 en Pekín.
El resultado, verdaderamente sorprendente, llegó a convertirse en un auténtico icono o símbolo de una nación como lo llegó a ser la Torre Eiffel de París. La propuesta de los arquitectos suizos se alejó del monumento imponente que, dadas las dimensiones y la inmensidad del tamaño, se esperaría. Sin embargo, el resultado innovador, tanto en la estructura como en la forma de conjunto, dio lugar a que los pequineses le apodaran de forma cariñosa con el nombre de “el Nido”, ya que les evocaba al hogar de los pájaros.
Todos los que siguieron los eventos de estos Juegos Olímpicos no olvidarán la intrincada estructura de pilares metálicos que se entrecruzan, formando una especie de “bosque artificial”, según las palabras de los propios autores.
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Dado que siempre acudo a nombres internacionales que hayan realizados proyectos en España, en el caso de Jacques Herzog y Pierre de Meuron citaría de manera destacada la remodelación que llevaron a cabo en el edificio ubicado en el Paseo del Prado de Madrid y que actualmente se le conoce como CaixaForum, con dedicación a actividades culturales.
Su apertura, en 2008, coincidió la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín, por lo que los arquitectos suizos dieron a conocer en el mismo año dos de sus más relevantes obras.
El conjunto del CaixaForum es una de las intervenciones más interesantes de las realizadas en la capital española en la primera década del siglo XXI, y uno de los trabajos de Herzog y de Meuron que mejor explican su personal manera de entender el oficio de arquitectura, en la que se integran de la mejor forma la tradición y la innovación.
Ciertamente, al visitante que se acerca lo primero que le impresiona es el jardín vertical en la medianera de un edificio colindante y montado sobre una tramoya metálica, proyectado por el artista botánico francés Patrick Blanc. Por otro lado, para realizar este centro cultural mantuvieron las paredes de ladrillo visto de una antigua central eléctrica, elevando sobre ellas unas plantas con paredes de acero corten, que se integran al tiempo que se aprecia que es una parte nueva.
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Otras dos obras que han proyectado en nuestro país son el TEA (Tenerife Espacio de las Artes), ubicado en Santa Cruz de Tenerife, y el centro de congresos Forum de Barcelona.
El 8 de mayo del 2004 se inauguró en Barcelona el Fórum Universal de las Culturas en el entorno del parque Forum y en el inicio de la avenida Diagonal. Antes del evento, quedó acabado un singular edificio triangular y de color azul firmado por Herzog y de Meuron. En la actualidad recibe el nombre de Museu Blau de las ciencias naturales, puesto que forma parte del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Cataluña.
La imagen exterior que ofrece es la de un prisma triangular de fachada rugosa de color azul, con franjas de vidrio vertical, como si fueran láminas de agua derramándose por las paredes. El edificio se sostiene en 17 puntos de apoyo, y, como es habitual en la arquitectura de los autores suizos, en la planta baja se crea un espacio abierto al público, de modo similar a lo que sucede en el CaixaForum de Madrid.
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Quienes viajan Londres con cierto tiempo no suelen dejar de visitar la Tate Gallery, uno de los museos de arte moderno más importantes del mundo, cuyo significado se amplió con la Tate Modern, ya que supuso una transformación completa de la vida cultural y artística de la ciudad londinense.
Herzog y de Meuron remodelaron la antigua central eléctrica que se encontraba junto al Támesis, conservando el gran volumen de la obra que inicialmente proyectara el arquitecto londinense sir Giles Gilbert Scott, aprovechando la chimenea como emblema de la institución.
Mantuvieron el gran espacio interior ocupado por la enorme sala de turbinas, convirtiéndolo en una plaza urbana cubierta, iluminada cenitalmente a través de un gran lucernario, abierta al público y que puede acoger exposiciones de grandes piezas, al tiempo que posibilita el acceso a la tienda y a los servicios. La nueva intervención ha dado lugar a que la Tate Modern sea el museo de arte moderno más visitado del mundo.
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“En la actualidad, Herzog & de Meuron es una sólida firma dedicada a la producción de edificios, con 340 empleados de 38 nacionalidades repartidos por todo el planeta. Teniendo su sede en la ciudad suiza de Basilea, cuenta con oficinas abiertas en Hamburgo, Londres, Madrid y Nueva York”, esto es lo que nos dice Domínguez Uceta en un libro editado en 2011 y dedicado a la obra de estos dos grandes creadores.
Dada la enorme lista de edificios firmados por los arquitectos suizos, quiero cerrar con otra obra realmente significativa: el Elbphilharmonie de Hamburgo.
Sobre el viejo y gigantesco edificio con cerramiento de ladrillo dedicado a ser almacén de cacao y situado en el puerto de Hamburgo y a orillas del rio Elba, Jacques Herzog y de Pierre de Meuron proyectaron un gran centro urbano vertical de variadas funciones, entre ellas la que acogerá a la Orquesta Filarmónica de Hamburgo.
El gran volumen de vidrio que se levanta sobre la mole de ladrillo da como resultado un magnífico edificio en el que se articulan la solidez del antiguo almacén de cacao y con la ligereza que ofrece la nueva obra que se sustenta sobre la antigua.
AURELIANO SÁINZ
