La noche electoral iba a ser larga. Pero aún más largos y afilados iban a ser los cuchillos a la madrugada. Triunfadores en la jornada hay algunos, la izquierda desde luego, segmentada pero muy coordinada en voto, ha asaltado el poder territorial del PP, dejándolo reducido a escombros. Dentro luego del sector, cada cual contará la feria como quiera, pero hay algunas burras que no tienen venta. Por ejemplo, el inmenso trastazo madrileño de Carmona.
Pero es en la derecha, en el PP, donde hay más víctimas y casi ninguno puede decir que ha salido sin herida. Ni siquiera el incombustible Juan Vicente Herrera, que es quien ha salvado mejor los muebles en Castilla y León.
La escabechina en el Partido Popular la encabeza Esperanza Aguirre, cuya victoria es aún peor que pírrica. Ganó, que era un perder enorme, por la muy mínima a Manuela Carmena, que le arrebatará sin duda la Alcaldía. Su pretensión de lideresa ha llegado a su final definitivo. A la postre, no solo no era la mejor candidata sino que sacÓ en la capital menos votos que Cristina Cifuentes. Filias tiene alguna pero ha quedado demostrado que aún provoca más fobias.
El otro icono derrumbado es Rita Barberá. Ha caído también con estrépito y no ha podido mantener la plaza. Con ella y con Fabra, todo el poder popular en la Comunidad Valenciana se deshace y es allí donde, de manera más precisa, los ciudadanos han castigado con dureza la corrupción. Bien pudieran hacerlo en todos los lugares pero, sin duda, ello ha pesado definitivamente en la balanza valenciana.
Y quizás la tercera y mas dolorosa víctima entre las filas del PP sea su secretaria general. Por un punto, 600 votos, una petaca. Que es la de la Presidencia de la comunidad de Castilla-La Mancha. No ha obtenido malos resultados. Pero no ha llegado y se ha quedado a uno de una mayoría que la no entrada de Ciudadanos en las Cortes, si obtiene la suma del PSOE y Podemos. Un pacto cantado que ya dio por consumado Page en Toledo celebrando su victoria. Que era, aunque no fuera.
La previsible perdida de Castilla-La Mancha ha de suponer de inmediato un cuestionamiento tanto en la región pero aún más en la secretaria general del PP. ¿Qué hara Cospedal? ¿Qué le pedirá Rajoy que haga? Esa será una de las incógnitas más importantes a despejar en unas semanas.
Porque y una vez más, aquí de británicos nada. Dimitir no dimitió nadie. Quien más cerca estuvo fue la definitivamente desahuciada Rosa Díez, que anunció que para las generales ya lo deja. Bueno, en realidad es que los votantes ya la habían dejado totalmente a ella.
Pero es en la derecha, en el PP, donde hay más víctimas y casi ninguno puede decir que ha salido sin herida. Ni siquiera el incombustible Juan Vicente Herrera, que es quien ha salvado mejor los muebles en Castilla y León.
La escabechina en el Partido Popular la encabeza Esperanza Aguirre, cuya victoria es aún peor que pírrica. Ganó, que era un perder enorme, por la muy mínima a Manuela Carmena, que le arrebatará sin duda la Alcaldía. Su pretensión de lideresa ha llegado a su final definitivo. A la postre, no solo no era la mejor candidata sino que sacÓ en la capital menos votos que Cristina Cifuentes. Filias tiene alguna pero ha quedado demostrado que aún provoca más fobias.
El otro icono derrumbado es Rita Barberá. Ha caído también con estrépito y no ha podido mantener la plaza. Con ella y con Fabra, todo el poder popular en la Comunidad Valenciana se deshace y es allí donde, de manera más precisa, los ciudadanos han castigado con dureza la corrupción. Bien pudieran hacerlo en todos los lugares pero, sin duda, ello ha pesado definitivamente en la balanza valenciana.
Y quizás la tercera y mas dolorosa víctima entre las filas del PP sea su secretaria general. Por un punto, 600 votos, una petaca. Que es la de la Presidencia de la comunidad de Castilla-La Mancha. No ha obtenido malos resultados. Pero no ha llegado y se ha quedado a uno de una mayoría que la no entrada de Ciudadanos en las Cortes, si obtiene la suma del PSOE y Podemos. Un pacto cantado que ya dio por consumado Page en Toledo celebrando su victoria. Que era, aunque no fuera.
La previsible perdida de Castilla-La Mancha ha de suponer de inmediato un cuestionamiento tanto en la región pero aún más en la secretaria general del PP. ¿Qué hara Cospedal? ¿Qué le pedirá Rajoy que haga? Esa será una de las incógnitas más importantes a despejar en unas semanas.
Porque y una vez más, aquí de británicos nada. Dimitir no dimitió nadie. Quien más cerca estuvo fue la definitivamente desahuciada Rosa Díez, que anunció que para las generales ya lo deja. Bueno, en realidad es que los votantes ya la habían dejado totalmente a ella.
ANTONIO PÉREZ HENARES