Baena Digital se hace eco en su Buzón del Lector de un nuevo artículo de José Bernal Roldán sobre las representaciones evangélicas de la Semana Santa de Baena. Si desea participar en esta sección, puede hacer llegar un correo electrónico a baenadigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o sugerencia. Si lo desea, puede acompañarla de alguna fotografía.
Como he comentado en diversas ocasiones mi intención en estos sencillos comentarios sobre la Semana Santa de Baena, no es hacer historia ni mucho menos sentar cátedra. Dejo estos menesteres a paisanos mucho más doctos y documentados. Pues aunque mi obligada ausencia de mi adorado pueblo, que me vio nacer, no ha sido óbice para que personalmente perseverase en su estudio, me lo impidieron causas totalmente ajenas a mi voluntad.
Ya he hablado de la simbología del tambor, e incluso del judío, pero en esta ocasión mi recuerdo, o mi visión personal quiero centrarla en una representación mucho más evangélica, que el resto de las figuras del contexto semana santero, y que tomado en forma abstracta (la palabra contexto admite esta acepción) he llevado a gala en mí periplo docente a tertulias y conversaciones tanto con paisanos como con foráneos.
En la calle Mesones, dos judíos y Judas repiten varias veces la venta de Jesús al final de la turba. (La palabra turba, define peculiarmente un abigarrado y dinámico conjunto humano).
En el recorrido de la procesión por la calle Mesones y Alta, Judas se retira al final de la turba junto al Rey, y de tramo en tramo, se le acercan dos judíos cubiertos (con la celada bajada), para representar la “venta de Jesús”, ofreciéndole monedas tres veces, que depositan sobre una bandeja, y mediante gestos de sus manos le llaman, hasta el lugar donde está la bandeja. Suenan las trompetas para dar al acto la relevancia del comienzo de la pasión.
Las ofrendas de los atributos, de los Apóstoles y los Profetas, a la imagen de Jesús, es la reverencia, la señal de veneración. El abrazo de los Apóstoles, representa la despedida del Maestro. Para mí estos gestos teatrales son totalmente la representación evangélica a nivel de los grandes auto-sacramentales.
De igual modo, la turba y los judíos representan al pueblo que participó en la Pasión de Jesús.
El Prendimiento es un acto por el que se representa la venta de Jesús por Judas y el momento del apresamiento por el pueblo Judío. Se realiza en varias ocasiones durante nuestra Semana Mayor: el Miércoles Santo con Nuestro Padre Jesús del Huerto junto al monumento al Judío en la Plaza de la Constitución, el Jueves Santo en la Puerta de Santa Marina con Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, justo antes de comenzar la procesión, y el Viernes Santo en la Plaza de la Constitución durante la celebración del Sermón en la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Quiero resaltar esta sencilla pero elocuente representación como uno de los pasajes mejor conservados y respetuosos de toda la Semana Santa andaluza e invitar a todos los que no la conozcan a Baena donde no sólo judíos, romanos, penitentes, costaleros etc. hacen como en otros lugares de comparsa de las monumentales figuras escultóricas que se posesionan sino que el acervo popular escenifica espectacularmente la motivación que los conmueve. El apelativo tradicional de: “Jugarse las monedas”… como el de “Echar las cajas” y otros tantos, avalan el arraigo popular como señero en nuestra Semana Santa.
NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Baena Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.
Como he comentado en diversas ocasiones mi intención en estos sencillos comentarios sobre la Semana Santa de Baena, no es hacer historia ni mucho menos sentar cátedra. Dejo estos menesteres a paisanos mucho más doctos y documentados. Pues aunque mi obligada ausencia de mi adorado pueblo, que me vio nacer, no ha sido óbice para que personalmente perseverase en su estudio, me lo impidieron causas totalmente ajenas a mi voluntad.
Ya he hablado de la simbología del tambor, e incluso del judío, pero en esta ocasión mi recuerdo, o mi visión personal quiero centrarla en una representación mucho más evangélica, que el resto de las figuras del contexto semana santero, y que tomado en forma abstracta (la palabra contexto admite esta acepción) he llevado a gala en mí periplo docente a tertulias y conversaciones tanto con paisanos como con foráneos.
En la calle Mesones, dos judíos y Judas repiten varias veces la venta de Jesús al final de la turba. (La palabra turba, define peculiarmente un abigarrado y dinámico conjunto humano).
En el recorrido de la procesión por la calle Mesones y Alta, Judas se retira al final de la turba junto al Rey, y de tramo en tramo, se le acercan dos judíos cubiertos (con la celada bajada), para representar la “venta de Jesús”, ofreciéndole monedas tres veces, que depositan sobre una bandeja, y mediante gestos de sus manos le llaman, hasta el lugar donde está la bandeja. Suenan las trompetas para dar al acto la relevancia del comienzo de la pasión.
Las ofrendas de los atributos, de los Apóstoles y los Profetas, a la imagen de Jesús, es la reverencia, la señal de veneración. El abrazo de los Apóstoles, representa la despedida del Maestro. Para mí estos gestos teatrales son totalmente la representación evangélica a nivel de los grandes auto-sacramentales.
De igual modo, la turba y los judíos representan al pueblo que participó en la Pasión de Jesús.
El Prendimiento es un acto por el que se representa la venta de Jesús por Judas y el momento del apresamiento por el pueblo Judío. Se realiza en varias ocasiones durante nuestra Semana Mayor: el Miércoles Santo con Nuestro Padre Jesús del Huerto junto al monumento al Judío en la Plaza de la Constitución, el Jueves Santo en la Puerta de Santa Marina con Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, justo antes de comenzar la procesión, y el Viernes Santo en la Plaza de la Constitución durante la celebración del Sermón en la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Quiero resaltar esta sencilla pero elocuente representación como uno de los pasajes mejor conservados y respetuosos de toda la Semana Santa andaluza e invitar a todos los que no la conozcan a Baena donde no sólo judíos, romanos, penitentes, costaleros etc. hacen como en otros lugares de comparsa de las monumentales figuras escultóricas que se posesionan sino que el acervo popular escenifica espectacularmente la motivación que los conmueve. El apelativo tradicional de: “Jugarse las monedas”… como el de “Echar las cajas” y otros tantos, avalan el arraigo popular como señero en nuestra Semana Santa.
JOSÉ BERNAL ROLDÁN
NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Baena Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.
