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El Café-Bar Carrasquilla se convierte en auténtico lugar de peregrinación para los amantes de los caracoles

Buen tiempo, una acogedora terraza y una excelente tapa de caracoles. Esta combinación típica de la primavera cordobesa cobra especial sentido en el Café-Bar Carrasquilla de Montilla, uno de los establecimientos hosteleros más emblemáticos del sur de Córdoba que, cada año, con el inicio de la temporada de caracoles, se convierte en auténtico lugar de peregrinación para los amantes de esta típica receta gastronómica.



Su ubicación estratégica en la calle Feria –en pleno Llano de Palacio y a escasos metros del Paseo de Cervantes–, unida a una merecida fama por sus excelentes recetas para guisar los caracoles, tanto en caldo como en salsa, han hecho del Café-Bar Carrasquilla un lugar de cita obligada para quienes, con la llegada del buen tiempo, buscan disfrutar de esta exquisitez gastronómica.

Desde hace décadas, Antonio Carrasquilla ha sabido mantener intacta la receta de su abuela, Francisca Gómez Merino, que concedió fama provincial a este establecimiento montillano durante más de 50 años por su peculiar manera de cocinar este molusco.

"El secreto estriba en saber cuándo es el momento exacto en el que el caracol tiene el mejor sabor para poder cocinarlo", explica el responsable del Café-Bar Carrasquilla, Antonio Carrasquilla, quien asegura que este año es "especialmente bueno" para disfrutar de esta tapa gracias a las lluvias y a las temperaturas que se han registrado durante toda la primavera.



Una temporada algo más larga de lo normal que invita a disfrutar del buen tiempo en una amplia terraza, junto a la casa ducal de Medinaceli, un entorno abierto donde, además de las exquisiteces gastronómicas del Café-Bar Carrasquilla, las familias pueden disfrutar de amplias zonas para el juego de los más pequeños en el recién remozado Paseo de Cervantes, a escasos metros del establecimiento.

Junto a sus tradicionales caracoles, Café-Bar Carrasquilla ofrece una amplia oferta gastronómica para disfrutar tanto en su terraza de verano como en su renovado salón-comedor, un espacio amplio y acogedor, perfectamente insonorizado y dotado de WiFi de alta velocidad y de climatización, concebido especialmente para reuniones familiares y para almuerzos y cenas de empresas, colectivos y amigos.

El codillo al horno al oloroso, su afamado rabo de toro o las espectaculares croquetas de salmorejo con huevo y reducción de Pedro Ximénez son algunas de las recetas que Lola Cosano y Antonio Carrasquilla –digno continuador de una saga que se inició en el mundo de la hostelería allá por 1933–, han sumado a la extensa propuesta gastronómica que Café-Bar Carrasquilla ofrece a sus clientes.



Las generosas raciones de albóndigas de bacalao con tallarines de sepia se pueden combinar con el atún relleno de merluza y gambas, el cochinillo al horno, los flamenquines o los crispines, santo y seña de la gastronomía montillana. Todo ello regado con cerveza bien fría o con algunas reseñas de su amplia carta de vinos, en la que sobresalen, como es lógico, los amparados por la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles.

Su próxima ubicación al Paseo de Cervantes permite aparcar fácilmente a escasos metros del establecimiento, que se ubica en la confluencia de las calles Gran Capitán y Feria, en una de las esquinas del popular Llano de Palacio. Las reservas pueden hacerse en el teléfono 957 65 00 50, teniendo presente que los martes es el día de descanso del personal. Para más información, puede visitarse el perfil de Facebook de Café-Bar Carrasquilla.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR


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