Baena Digital se hace eco en su Buzón del Lector del cuarto capítulo de las memorias remitidas a este periódico por Luis Moreno Castro, alcalde de Baena entre 1995 y 2011. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.
El 13 de junio de 1999 se celebraron las elecciones municipales. El PSOE, conmigo como candidato por segunda vez, obtuvo una contundente victoria con el mejor resultado en votos hasta hoy de toda la serie histórica, cinco mil trescientos cuarenta. En escaños y porcentaje el mejor fue en 1991 con Antonio Moreno, 55 por ciento y doce de diecisiete escaños.
Una legión de aduladores y advenedizos me secuestró más inconsciente que conscientemente. Nunca supe desprenderme del todo de quienes a mi sombra y utilizándome aprovecharon su posición y distorsionando mi imagen hicieron carrera política, administrativa y, algunos, incrementaron su patrimonio de forma inexplicable, destrozando la ética y la estética que debe presidir el comportamiento público de políticos y trabajadores de la administración.
Mientras, dejándome la piel literalmente, yo allegaba fondos muy cuantiosos de la Unión Europea, del Gobierno Central y de la Junta de Andalucía, en tanto que los aludidos se dedicaban a la simulación, la hipocresía y su propio beneficio.
Como paradigma de estos comportamientos podíamos citar a un grupo no menor del que son muy representativos María Jesús Serrano, Jesús Rojano y algún “patriota” del partido que siempre vivió de las siglas, que incrementó notablemente el patrimonio y perdió votos a raudales en su barrio. Pero no fueron los únicos ni en la política ni en el Ayuntamiento.
Sobre los trabajadores y políticos honestos, que fueron mayoría, se soportó la brutal carga de trabajo que yo imponía por la colosal gestión que llevábamos a cabo con presupuestos que llegaron hasta los treinta millones de euros en algún año, sin computar inversiones de otras administraciones y las privadas que fueron muy cuantiosas como nunca habíamos conocido en Baena, pero que lógicamente exigían un exhaustivo esfuerzo y dedicación, no sólo mío, sino de mi núcleo más próximo de colaboradores. No me considero víctima ni estuve exento de errores, quizás el mayor de todos en este ámbito fue no consolidar un equipo a la altura del reto transformador y regenerador que me había propuesto.
Alberto Sánchez, primer teniente de alcalde, cumplió con honestidad y lealtad, pero yo exigía algo de muy difícil cumplimiento que era lo que yo daba a Baena, que con la perspectiva de los años fue casi patológico, pues realmente dejé de tener vida privada y familiar. A José Antonio Albañir lo perdí en la Diputación que es ese ente sin sentido donde los partidos refugian a lo peor de cada casa para que los aparatos controlen la organización a cambio de nóminas, generalmente para gente que nunca fue capaz de ganarse la vida por sí misma, salvo contadas excepciones como es el caso de los representantes de Baena hasta el 2011.
El mandato 1999-2003, en esencia, estuvo marcado por la increíble transformación de Baena y por la persecución jurídico-mediática a la que me sometieron en primer lugar el PP, que comentaré en este capítulo, después en otra legislatura Izquierda Unida, o al menos una parte de ella, y por último, a partir de 2011, la cúpula del PSOE local y su grupo de estómagos agradecidos se han esforzado en que mi granito de arena para salvar cien puestos de trabajo de SCAFA quede vinculado a presuntas sospechas sobre las ayudas a SCAFA, cuya gestión desconozco absolutamente.
Más de cuarenta mil millones de pesetas de inversión privada y más de diez mil de inversión pública en estos cuatro años, con la planificación adecuada y la tarea de los trabajadores públicos comprometidos, que no fueron pocos, Baena cambió a tal ritmo que me sorprendió incluso a mí, que era el que había diseñado el prototipo, la estrategia y la táctica.
Todos los días dedicaba horas sin límite para dar respuesta a las exigencias de este ambicioso modelo. Esta transformación a no todos convenía dado que la oposición lo consideraba un éxito que los alejaba del poder y para otros, un cambio que les hacía perder estatus y oportunidades económicas que habían ejercido secularmente, lo que junto a mi comentada misantropía y carencias en la comunicación a media y larga distancia me granjeó odios africanos de cualificados grupúsculos y, también, el respeto de la inmensa mayoría pero no su voto.
Es posible que si hubiera dedicado más tiempo a eso que ahora llaman imagen o hubiera sido alcalde de Cabra, de Priego o de Lucena, mi gestión hubiese obtenido una recompensa electoral más abultada aunque, debo reconocer, que a pesar de todo ni puedo ni debo ni quiero quejarme. Es simplemente una reflexión.
Mi modelo de ciudad se supeditó a la pauta que había imaginado y diseñado de sociedad. Para mí era incompatible una sociedad avanzada y europea en un marco físico decrépito y tercermundista. De ahí que el impulso de modernización incluso me desbordaba.
En estos cuatro años, Baena comenzó a ser otra sin perder su esencia. Plan centro con actuaciones desde Avenida de Cervantes hasta Santa María, con nuevas infraestructuras y monumentos en Avenida Cervantes, Duque de Rivas, hoy Virrey del Pino, Paseo de Santo Domingo, Plaza de España, monumento al Virrey y a los Aceituneros, Plaza y Calle Amador de los Ríos con el monumento desplazado, Plaza de la Constitución y de Marinalba, Llano de Santa María, Plaza del Palacio, Plaza del Ángel, Plaza Vieja, inauguración de Santa María, del Museo del Olivar, Albergue, Ruta del Califato, inauguración del Teatro Liceo, restauración Casa de la Tercia y urbanización de más de ochenta calles del centro histórico con nuevo alumbrado y pavimento.
El centro histórico se revitalizó rehabilitando más de seiscientas viviendas y las calles Juan Ocaña, Francisco López, Carrera y sobre todo los aparcamientos que en ningún otro municipio de la provincia y creo que de Andalucía se construyeron cinco aparcamientos subterráneos en un par de años para resolver el gran problema del centro histórico que ha sido el tráfico rodado. No tuve tiempo, o no supe, realizar la red de microaparcamientos que también diseñamos en aquellos años para llegar a todos los rincones de la zona menos accesibles de nuestro intrincado casco.
El Plan General de Ordenación Urbana, del que hablaremos después, se redactó y aprobó en un tiempo récord, menos de dos años, cuando lo habitual es que entre su inicio y aprobación definitiva, la duración está en torno a los ocho o diez años y sé bien de lo que hablo por haber sido presidente de la Comisión Provincial de Urbanismo.
Su desarrollo fue vertiginoso, la inversión privada colonizó rápidamente muchos de estos suelos tanto residenciales como industriales, con más de ciento cincuenta calles urbanizadas y nuevas ofertas de suelo en Haza el Reloj, Eras Mantecas, Manzaneque, El Juncal, Adolfo de los Ríos, Quiebracostillas, Los Llanos, el Coscujo (fallido por ahora), más la oferta en Albendín de Soto de Henares, Santa Ana, Calle Río, es una muestra de aquellos trepidantes años.
El Plan de Infraestructuras Deportivas, nos dotó de uno de los mejores conjuntos deportivos de Andalucía como era reconocido por cuantos nos visitaban, se inauguró la piscina cubierta y otras muchas instalaciones que son las que aún persisten y son utilizadas, afortunadamente, por miles de baenenses. Completamos el cambio físico con un Plan de Barriadas en zonas marginales, San Pedro, Ladera Sur, Tinte, Barrizal y otros lugares de población deprimida, donde se construyeron viviendas sociales, en número superior sesenta, además de cientos de viviendas de protección oficial en toda la ciudad y como ya he mencionado, cientos de rehabilitaciones.
En el territorio durante estos cuatro años se procedió con intervenciones que mejoraron nuestras comunicaciones. El ministro Álvarez Cascos inauguró el 29/01/2003, conmigo como alcalde, la Variante de la Nacional 432 que fue, durante muchos años, objeto de múltiples reivindicaciones incluso manifestaciones, y por mi parte de numerosos viajes al Ministerio de Fomento; al mismo tiempo yo había convocado en fechas anteriores a todos los alcaldes entre Córdoba y Granada que asistieron a la convocatoria que se celebró en Baena para solicitar la transformación de la Nacional 432 en Autovía, anticipándonos así a todas las peticiones que después vinieron de diputaciones y grupos políticos.
Sin embargo y puesto que parece que ahora se vuelve a reivindicar de cara a las elecciones, quiero recordar que esta reconversión por su inversión y porque la IMD (Intensidad Media Viaria) no se cumple en todos sus tramos, tardará muchos años en llevarse a cabo, si es que algún día se realiza y parece una maniobra más de distracción sobre la reconversión posible que Baena sí necesita urgentemente, al menos tanto como la hipotética autovía Córdoba-Granada que tendría gran repercusión turística pero a la que aludo es a la A-81 Úbeda-Jaén-Málaga, actualmente A-318, que nos conectaría con Madrid y con la Costa Malagueña pero fundamentalmente nos aproximaría en tiempos al Hospital de Cabra reduciendo riesgos para la población y ganando en comodidad y seguridad para todos.
Se mejoraron notablemente, y en algunos casos nueva obra, más de treinta caminos rurales y la importante intervención en la carretera de Albendín, más los efectos beneficiosos que sobre el Guadajoz y el Marbella supusieron los dos planes de actuación dotados con más de ciento treinta millones de euros.
En equipamientos socioeconómicos en esta legislatura se construyó la residencia de Aprosub, el Hotel Casa Grande, dos residencias de mayores (en el Zambudio y en la Calle Rafael Onieva), plaza de Abastos, Cirugía Mayor ambulatoria en el Centro de Salud que junto con otros equipamientos de iniciativa y con recursos municipales muchos de ellos lo convirtieron en el paso previo a un Hospital que no llegó; se construyó el centro de iniciativas empresariales y el centro Tecnológico del Textil al final se convirtió en un Centro de Desarrollo Empresarial reconociendo que tanto el primero (en Priego) como el segundo (en Baena) han sido proyectos fallidos.
Se inauguró El Tejar y comenzó el regadío que merecen un posterior comentario. Se inició el programa de mejora del Guadajoz con un presupuesto teórico de más de cien millones de euros con actuaciones en toda la cuenca. Se presentó un Plan Director de Turismo y desde Adegua y la Mancomunidad se lograron programas europeos como el PRODER, ADAPTD, Carrefour, LIFE con ayudas de más de ocho millones de euros.
Conseguimos el pleno empleo técnico con el 4% de parados, entre cuatrocientos o quinientos. Se continuaron con las rehabilitaciones de viviendas y con actuaciones de tipo social y cultural que comenzaban a darnos aires de sociedad europea. El Liceo vivió noches memorables con nuestros grupos superándose día a día y con las actuaciones de orquestas y conjuntos de rango nacional e internacional y elevándose muy notablemente el nivel de las actuaciones de las orquestas y artistas que actuaban en la Caseta Municipal contratando a los mejores de España.
Otra Baena fue posible, centralidad territorial, turismo cultural, agroindustria e inversión pública y privada, fueron los pilares de una nueva Baena que miraba al presente y al futuro con un cierto optimismo y esperanza.
Estos buenos años para Baena fueron mi compensación al tremendo esfuerzo que hube de hacer y también a las ingratitudes y al odio y envidias que suscitaron el éxito, en los que no querían que nada cambiara, que no eran necesariamente de ninguna ideología o clase social determinada, y a los que como signo de identidad de una sociedad no demasiado evolucionada siempre han tenido la frustración y la envidia como bandera, sobre todo si estos cambios interferían en sus intereses particulares.
Pasear por Baena a comienzos del siglo XXI era una grata sorpresa puesto que todos los días se podía descubrir algo nuevo, púbico o privado, destacando sobremanera los cinco aparcamientos subterráneos que dejaban atónitos a nuestros visitantes porque en ningún otro municipio andaluz de nuestras características o mayores existían estos equipamientos e incluso hoy, hay muy pocos que los tengan.
Puedo afirmar que estas inversiones no mermaron los recursos destinados a atenciones sociales y a cultura tanto en equipamientos como en programación porque supimos atraer inversiones privadas y públicas muy cuantiosas y conseguir ayudas de Europa, del Gobierno Central y de la Junta de Andalucía.
Comento con algún detenimiento tres asuntos que tuvieron y tienen una especial repercusión en la vida de los baenenses:
a) El Regadío de Olivar fue una de las grandes apuestas que Baena hizo a través de sus regantes y que yo me anticipé proponiendo un plan de más de siete mil hectáreas en nuestro término municipal, en mayor extensión, pero también en Luque, Castro, Espejo y Alcaudete, que después gestionó por su cuenta.
Siempre, desde que fui delegado de Obras Públicas, tuve claro que Baena tendría que beneficiarse de alguna forma de la gran infraestructura hidráulica que era el Pantano de Vadomojón y es por ello, que en cuanto tuve la oportunidad, ya de Alcalde, intenté conseguir que el Ministerio nos pagase el Impuesto de Bienes Inmuebles y que la Confederación autorizase el regadío de olivar.
El primer objetivo no lo alcanzamos porque el pantano era de regulación y éstos no pagan IBI, pero en el segundo me empleé a fondo hasta tal punto que estuve más de ocho años sin perder nunca el ánimo y transmitiendo confianza a los regantes aún cuando las cosas se ponían muy complicadas por no decir imposibles en algún momento dado que el Plan Hidrológico Nacional había finalizado y prohibido ni una sola hectárea más de regadío en ninguna cuenca.
Pero yo nunca di la batalla por perdida y, no sin asumir riesgos, animé a los regantes a confiar en sí mismos y a invertir en infraestructuras de riego porque me pareció que era una forma de presión frente a la poderosa Federación de Regantes del Guadalquivir (FERAGUA) y frente a la Confederación y al Ministerio.
Durante estos largos años no hubo mes en el que yo no viajase a Madrid, a Sevilla o a Córdoba para insistir en la causa que defendíamos. Nunca acepté las negativas que recibía como últimas porque tenía confianza en que al final lo lograríamos y para ello conté con la mayoría de los regantes, otros abandonaron, y con la inestimable ayuda de los máximos responsables del Ministerio y de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir: Jaime Palop, Praxedes Cañete, Joaquín del Campo y, especialmente, recuerdo a Juan Saura, director técnico de la Confederación sin cuya ayuda y consejo nunca hubiéramos llegado a conseguirlo.
Después, al final, llegaron asociaciones, sindicatos y otros a apuntarse los méritos de la empresa, pero realmente los que apostaron su dinero fueron los regantes y quien soportó la travesía del desierto en soledad fui yo. La gestión fue privada, por tanto nada tuvo que ver ni a mí me interesó, la formación de comunidades de regantes aunque tengo una opinión no muy favorable sobre los procedimientos empleados.
Autorizadas las miles hectáreas de regadío, las comunidades de regantes tuvieron a bien ofrecerme un reconocimiento público que ha sido el único que he tenido a lo largo de mi vida y otro privado del alcalde de la Malena, mi buen amigo Antonio Sánchez, que recibió fuertes presiones de la alcaldesa para no llevarlo a cabo. Los regantes no lo hicieron por afinidad política por lo que les estoy aún más agradecido y no porque yo especialmente tenga debilidad por los homenajes.
b) El Plan General de ordenación urbana de Baena es el instrumento urbanístico y territorial que diseñó la estructura de ciudad, potenció el centro histórico, la riqueza arqueológica. Controlando sus procesos de crecimiento y potenciando la centralidad comarcal y territorial. Su tramitación fue la más rápida que yo haya conocido jamás y tengo experiencia en ello. Duró dos años, 2001 y 2002, cuando lo normal es que la redacción y aprobación de un plan sobrepase los ocho.
Yo tenía clarísimo los objetivos y el modelo de ciudad que Baena necesitaba, consulté con expertos y seleccionamos uno de los equipos urbanísticos más importante de aquellos momentos: estudio de José Seguí. Los intereses económicos en torno a un Plan General siempre han sido y son el mayor inconveniente para la racionalidad y la bondad de resultado pero yo me anticipé controlando los procesos administrativos y haciendo que todos los legítimos o menos legítimos intereses quedaran supeditados al diseño que Baena necesitaba, lo que no quiere decir en absoluto que éste no tuviera deficiencias o excesos que han podido ponerse de manifiesto a lo largo del tiempo, si bien digo que mi valoración es en líneas generales muy positiva y que el tiempo vendrá a confirmarlo cuando unos gobernantes y una sociedad civilizada y honesta se propongan hacer de Baena lo que puede ser poniendo en valor todas sus potencialidades, que son muchas, sin mirar los pequeños intereses particulares que hoy, por su mezquindad, están destruyendo nuestras opciones y retrotrayéndonos a décadas pasadas.
Creo que a la luz del presente puede considerarse el modelo como expansivo, puesto que la decadencia galopante de Baena hacen que se resalte el trasvase y abandono del centro histórico de forma ostensible y muy preocupante, y las infraestructuras y equipamientos en general carecen de la atención y cuidado que merece una sociedad avanzada, pero ciertamente el PGOU se diseñó para una ciudad de veintitrés mil habitantes en desarrollo con un centro histórico súper equipado, cuidadísimo y potenciado económicamente por un turismo cultural no hubiera sufrido el proceso agónico que vive imputable en gran medida a nuestros gobernantes aunque esta decadencia es generalizada en toda la ciudad, sin llegar a estos extremos.
Baste decir que pueden comprarse excelentes casas por treinta mil euros y no sin razón primaria alguien puede pensar que si no hubiese habido una expansión en el ensanche, el centro histórico no se hubiera despoblado, pero eso es tanto como creer que se puedan poner puertas al campo ya que nuestros inversores y otros foráneos hubieran acabado ubicando sus actividades empresariales y construyendo sus barrios residenciales en la Estación de Luque, en San Bartolomé de Luque, en Castro del Río o en cualquiera de los pueblos limítrofes.
Así pues, en lugar de lamentar esta generación, entre los treinta y cincuenta años, tiene obligación de seleccionar a sus políticos y de estar a la altura de su tiempo para formular un modelo de una Baena avanzada y próspera porque es posible como pudimos demostrar durante décadas y entonces se acabarían los problemas estructurales que hoy con cierta angustia nos preocupan.
c) Un tercer tema lo comento con una mezcla de dolor y repugnancia, no ya tanto por lo personal cuanto porque degradó la convivencia, y yo diría algo más esencial, la imagen de la política como referente del servicio desinteresado a los demás de los más capacitados y vocacionales.
La persecución a la que fui sometido por los grupos políticos no fue generalizada, sino que tiene nombres y apellidos que impulsados, en alguna ocasión por particulares que los utilizaban como testaferros, simple y llanamente querían expulsarme de la vida pública porque conmigo no había ninguna posibilidad de mercadeo ni de corruptelas, salvo, lógicamente, que yo no me enterase.
Dulce Aguilera, Víctor de Prado y el resto de concejales del grupo del PP interpusieron en el año 2001 una querella por prevaricación contra Rafael Navea, como secretario del Ayuntamiento, y contra mí. Fue el llamado caso Promude que en esencia fue un mero error material cometido por el secretario al dar por aprobado en Pleno unos nombres del Consejo de Administración de la sociedad que no se habían tramitado y emitir la gerencia un certificado en base a ello, al que yo di el visto bueno para su registro.
Conocido el error se convalidó y rectificó sin daños ni perjuicios de ningún tipo para los intereses públicos, y por supuesto sin intención dolosa de absolutamente nadie. El juez, sorprendentemente, admitió a trámite la querella presentada y los periódicos afines al PP nos tuvieron dos años bajo sospecha con el natural deterioro que comporta la mala fe y la persecución.
Como era de esperar, la Audiencia nos absolvió y recuerdo que en el juicio los denunciantes hicieron ciertamente el ridículo puesto que no tenían base ninguna para llegar tan lejos. Me entristece pensar que hubo y hay quienes, aún a sabiendas de la inocencia, dañan el honor y la imagen sólo por odio o por ventaja política sin más consideración ni respeto.
Sin embargo, en general como puede comprobarse día a día desgraciadamente en todos los lugares, y en Baena abundan, cuando conocen irregularidades y presuntos delitos que han perjudicado y perjudican el presente y el futuro de Baena de forma gravísima, callan, otorgan, cuando no colaboran y son cómplices con su silencio porque carecen del valor cívico y moral al que están obligados por la representación política y social que voluntariamente han buscado.
Después, transcurridos unos años, fue IU quien continuó la persecución con el asunto de las facturas y el urbanismo, si bien es cierto que no todos. Y por último, los dirigentes del PSOE Local también han mantenido una actitud miserable en su intento de descalificación personal como anteriormente he mencionado.
Finalizo haciendo una odiosa comparación no seleccionada que refleja lo que fue Baena hasta 2011 y lo que es desde entonces:
1- Primer cuatrimestre año 2003: Intervenciones y actuaciones en la ciudad y en la sociedad.
10/01/2003: Restauración Hidrológica Ambiental y Defensa Avenidas Río Marbella (25% aportación municipal resto confederación, más de treinta millones). 18/01/2003: Sede Centro Tecnológico del Textil (mil setecientos cincuenta y siete metros cuadrados) que después de transformó en CADE para la formación y comercialización. 24/01/2003: Obras en Llano de Santa Marina, Juan Ocaña, Francisco López. 24/01/2003: Finaliza las obras del nuevo Juzgado de Baena en convenio con la Junta de Andalucía (mil ciento setenta metros cuadrados).
26/01/2003: Baena pierde veinte mil habitantes, diecinueve mil setecientos ochenta y cuatro, y se recuperan en dos años. 26/01/2003: El Ayuntamiento construye las obras de Cirugía Mayor ambulatoria en el Centro de Salud (quinientos mil euros, 60% Junta de Andalucía y el resto municipal). 29/01/2003: Se inaugura el monumento al Virrey del Pino del escultor Santiago de Santiago, uno de los mejores de su tiempo y reconocido en todo el mundo, lo donó Don Rafael del Pino.
29/01/2003: El ministro Álvarez Cascos inauguró la Variante, veinte millones de euros. 06/02/2003: Se aprueba provisionalmente el Plan General de Ordenación Urbana. 07/02/2003: Se acuerda con la sesión de vecinos de Albendín Al-Andalus, un Estatuto de Autonomía que rebaja la tensión permanente de la entidad local que reivindicaban.
11/02/2003: Apromuba se instala en la Casa de la Juventud. 18/02/2003: Los Alcaldes de la Nacional 432 piden desde Baena su transformación en autovía. 25/02/2003: Europa aprueba el programa PRODER para la comarca del Guadajoz de seis millones de euros. 28/02/2003: Se aprueba el Consejo Municipal de Albendín.
14/03/2003: Rafael del Pino es nombrado hijo adoptivo. 28/03/2003: Finalizan las obras del plan centro, Santa Marina, Francisco López, Juan Ocaña, Plaza del Ángel, aparcamientos, Almedina en general, Plaza de Palacio, con el objetivo de revitalizar el centro histórico. 29/03/2003: Se inaugura la restauración de Santa María la Mayor, trescientos cuarenta millones de pesetas de los que la mayor parte la pone el Ayuntamiento.
03/04/2003: El Ayuntamiento solicita el 1% Cultural a Fomento para restaurar el Castillo, consiguiendo tras múltiples visitas y gracias al Director General de Planificación, Jose María Verdú Valencia, brillante arquitecto y buen amigo; una subvención de cuatro millones de euros, no si un previo y profundo análisis y proyectos previos.
04/04/2003: Se inaugura el Centro Comercial Abierto. 05/04/2003: Comienzan las obras en el río Guadajoz con más de cien millones de euros de inversión. 11/04/2003: Se inaugura el Museo del Aceite, sufragado con dinero municipal, y se presenta el Plan Director de Turismo.
19/04/2003: representación de la zarzuela “El barberillo de Lavapiés”. 30/04/2003: Aprobación definitiva Plan General de Ordenación Urbana. 07/05/2003: Comienzan las obras del Politejo, con más de cinco millones de inversión; y se inaugura la nueva residencia de Aprosub. Días después la Once y Fecasto acuerdan construir una nueva residencia.
2- Primer cuatrimestre año 2018:
La Alcaldía incumple sus compromisos con la Asociación en Defensa del Patrimonio permitiendo que Castro siga apropiándose de Torreparedones. En Semana Santa, el Ayuntamiento no bachea ni las calles de la carrera oficial. Sigue la tramitación de la Relación de Puestos de Trabajo bajo sospecha por las denuncias de irregularidades y nepotismo de sindicatos y trabajadores. Baena disminuye el número de habitantes año tras año.
La Unión Europea rechaza la solicitud de fondos FEDER por haber devuelto gran parte de los que heredaron en 2011. Por primera vez Baena pierde una Escuela Taller. Nadie conoce que ocurrió con la excepcional fuente del parque del artista Paco Ariza.
El centro histórico sigue agonizando. Los gastos en sueldos y en políticos se incrementan. El PSOE aprueba una moción de memoria histórica de Izquierda Unida en la que hemos pasado de rotular nuestras calles con militares golpistas a hacerlo con nombres que nada dicen a la sociedad de Baena, en lugar de volver a la rotulación tradicional. Por supuesto, continúa el retroceso y hundimiento de Baena en todos los órdenes, lo que ya es un clamor de toda la población por encima de clases e ideologías.
El 13 de junio de 1999 se celebraron las elecciones municipales. El PSOE, conmigo como candidato por segunda vez, obtuvo una contundente victoria con el mejor resultado en votos hasta hoy de toda la serie histórica, cinco mil trescientos cuarenta. En escaños y porcentaje el mejor fue en 1991 con Antonio Moreno, 55 por ciento y doce de diecisiete escaños.
Una legión de aduladores y advenedizos me secuestró más inconsciente que conscientemente. Nunca supe desprenderme del todo de quienes a mi sombra y utilizándome aprovecharon su posición y distorsionando mi imagen hicieron carrera política, administrativa y, algunos, incrementaron su patrimonio de forma inexplicable, destrozando la ética y la estética que debe presidir el comportamiento público de políticos y trabajadores de la administración.
Mientras, dejándome la piel literalmente, yo allegaba fondos muy cuantiosos de la Unión Europea, del Gobierno Central y de la Junta de Andalucía, en tanto que los aludidos se dedicaban a la simulación, la hipocresía y su propio beneficio.
Como paradigma de estos comportamientos podíamos citar a un grupo no menor del que son muy representativos María Jesús Serrano, Jesús Rojano y algún “patriota” del partido que siempre vivió de las siglas, que incrementó notablemente el patrimonio y perdió votos a raudales en su barrio. Pero no fueron los únicos ni en la política ni en el Ayuntamiento.
Sobre los trabajadores y políticos honestos, que fueron mayoría, se soportó la brutal carga de trabajo que yo imponía por la colosal gestión que llevábamos a cabo con presupuestos que llegaron hasta los treinta millones de euros en algún año, sin computar inversiones de otras administraciones y las privadas que fueron muy cuantiosas como nunca habíamos conocido en Baena, pero que lógicamente exigían un exhaustivo esfuerzo y dedicación, no sólo mío, sino de mi núcleo más próximo de colaboradores. No me considero víctima ni estuve exento de errores, quizás el mayor de todos en este ámbito fue no consolidar un equipo a la altura del reto transformador y regenerador que me había propuesto.
Alberto Sánchez, primer teniente de alcalde, cumplió con honestidad y lealtad, pero yo exigía algo de muy difícil cumplimiento que era lo que yo daba a Baena, que con la perspectiva de los años fue casi patológico, pues realmente dejé de tener vida privada y familiar. A José Antonio Albañir lo perdí en la Diputación que es ese ente sin sentido donde los partidos refugian a lo peor de cada casa para que los aparatos controlen la organización a cambio de nóminas, generalmente para gente que nunca fue capaz de ganarse la vida por sí misma, salvo contadas excepciones como es el caso de los representantes de Baena hasta el 2011.
El mandato 1999-2003, en esencia, estuvo marcado por la increíble transformación de Baena y por la persecución jurídico-mediática a la que me sometieron en primer lugar el PP, que comentaré en este capítulo, después en otra legislatura Izquierda Unida, o al menos una parte de ella, y por último, a partir de 2011, la cúpula del PSOE local y su grupo de estómagos agradecidos se han esforzado en que mi granito de arena para salvar cien puestos de trabajo de SCAFA quede vinculado a presuntas sospechas sobre las ayudas a SCAFA, cuya gestión desconozco absolutamente.
Más de cuarenta mil millones de pesetas de inversión privada y más de diez mil de inversión pública en estos cuatro años, con la planificación adecuada y la tarea de los trabajadores públicos comprometidos, que no fueron pocos, Baena cambió a tal ritmo que me sorprendió incluso a mí, que era el que había diseñado el prototipo, la estrategia y la táctica.
Todos los días dedicaba horas sin límite para dar respuesta a las exigencias de este ambicioso modelo. Esta transformación a no todos convenía dado que la oposición lo consideraba un éxito que los alejaba del poder y para otros, un cambio que les hacía perder estatus y oportunidades económicas que habían ejercido secularmente, lo que junto a mi comentada misantropía y carencias en la comunicación a media y larga distancia me granjeó odios africanos de cualificados grupúsculos y, también, el respeto de la inmensa mayoría pero no su voto.
Es posible que si hubiera dedicado más tiempo a eso que ahora llaman imagen o hubiera sido alcalde de Cabra, de Priego o de Lucena, mi gestión hubiese obtenido una recompensa electoral más abultada aunque, debo reconocer, que a pesar de todo ni puedo ni debo ni quiero quejarme. Es simplemente una reflexión.
Mi modelo de ciudad se supeditó a la pauta que había imaginado y diseñado de sociedad. Para mí era incompatible una sociedad avanzada y europea en un marco físico decrépito y tercermundista. De ahí que el impulso de modernización incluso me desbordaba.
En estos cuatro años, Baena comenzó a ser otra sin perder su esencia. Plan centro con actuaciones desde Avenida de Cervantes hasta Santa María, con nuevas infraestructuras y monumentos en Avenida Cervantes, Duque de Rivas, hoy Virrey del Pino, Paseo de Santo Domingo, Plaza de España, monumento al Virrey y a los Aceituneros, Plaza y Calle Amador de los Ríos con el monumento desplazado, Plaza de la Constitución y de Marinalba, Llano de Santa María, Plaza del Palacio, Plaza del Ángel, Plaza Vieja, inauguración de Santa María, del Museo del Olivar, Albergue, Ruta del Califato, inauguración del Teatro Liceo, restauración Casa de la Tercia y urbanización de más de ochenta calles del centro histórico con nuevo alumbrado y pavimento.
El centro histórico se revitalizó rehabilitando más de seiscientas viviendas y las calles Juan Ocaña, Francisco López, Carrera y sobre todo los aparcamientos que en ningún otro municipio de la provincia y creo que de Andalucía se construyeron cinco aparcamientos subterráneos en un par de años para resolver el gran problema del centro histórico que ha sido el tráfico rodado. No tuve tiempo, o no supe, realizar la red de microaparcamientos que también diseñamos en aquellos años para llegar a todos los rincones de la zona menos accesibles de nuestro intrincado casco.
El Plan General de Ordenación Urbana, del que hablaremos después, se redactó y aprobó en un tiempo récord, menos de dos años, cuando lo habitual es que entre su inicio y aprobación definitiva, la duración está en torno a los ocho o diez años y sé bien de lo que hablo por haber sido presidente de la Comisión Provincial de Urbanismo.
Su desarrollo fue vertiginoso, la inversión privada colonizó rápidamente muchos de estos suelos tanto residenciales como industriales, con más de ciento cincuenta calles urbanizadas y nuevas ofertas de suelo en Haza el Reloj, Eras Mantecas, Manzaneque, El Juncal, Adolfo de los Ríos, Quiebracostillas, Los Llanos, el Coscujo (fallido por ahora), más la oferta en Albendín de Soto de Henares, Santa Ana, Calle Río, es una muestra de aquellos trepidantes años.
El Plan de Infraestructuras Deportivas, nos dotó de uno de los mejores conjuntos deportivos de Andalucía como era reconocido por cuantos nos visitaban, se inauguró la piscina cubierta y otras muchas instalaciones que son las que aún persisten y son utilizadas, afortunadamente, por miles de baenenses. Completamos el cambio físico con un Plan de Barriadas en zonas marginales, San Pedro, Ladera Sur, Tinte, Barrizal y otros lugares de población deprimida, donde se construyeron viviendas sociales, en número superior sesenta, además de cientos de viviendas de protección oficial en toda la ciudad y como ya he mencionado, cientos de rehabilitaciones.
En el territorio durante estos cuatro años se procedió con intervenciones que mejoraron nuestras comunicaciones. El ministro Álvarez Cascos inauguró el 29/01/2003, conmigo como alcalde, la Variante de la Nacional 432 que fue, durante muchos años, objeto de múltiples reivindicaciones incluso manifestaciones, y por mi parte de numerosos viajes al Ministerio de Fomento; al mismo tiempo yo había convocado en fechas anteriores a todos los alcaldes entre Córdoba y Granada que asistieron a la convocatoria que se celebró en Baena para solicitar la transformación de la Nacional 432 en Autovía, anticipándonos así a todas las peticiones que después vinieron de diputaciones y grupos políticos.
Sin embargo y puesto que parece que ahora se vuelve a reivindicar de cara a las elecciones, quiero recordar que esta reconversión por su inversión y porque la IMD (Intensidad Media Viaria) no se cumple en todos sus tramos, tardará muchos años en llevarse a cabo, si es que algún día se realiza y parece una maniobra más de distracción sobre la reconversión posible que Baena sí necesita urgentemente, al menos tanto como la hipotética autovía Córdoba-Granada que tendría gran repercusión turística pero a la que aludo es a la A-81 Úbeda-Jaén-Málaga, actualmente A-318, que nos conectaría con Madrid y con la Costa Malagueña pero fundamentalmente nos aproximaría en tiempos al Hospital de Cabra reduciendo riesgos para la población y ganando en comodidad y seguridad para todos.
Se mejoraron notablemente, y en algunos casos nueva obra, más de treinta caminos rurales y la importante intervención en la carretera de Albendín, más los efectos beneficiosos que sobre el Guadajoz y el Marbella supusieron los dos planes de actuación dotados con más de ciento treinta millones de euros.
En equipamientos socioeconómicos en esta legislatura se construyó la residencia de Aprosub, el Hotel Casa Grande, dos residencias de mayores (en el Zambudio y en la Calle Rafael Onieva), plaza de Abastos, Cirugía Mayor ambulatoria en el Centro de Salud que junto con otros equipamientos de iniciativa y con recursos municipales muchos de ellos lo convirtieron en el paso previo a un Hospital que no llegó; se construyó el centro de iniciativas empresariales y el centro Tecnológico del Textil al final se convirtió en un Centro de Desarrollo Empresarial reconociendo que tanto el primero (en Priego) como el segundo (en Baena) han sido proyectos fallidos.
Se inauguró El Tejar y comenzó el regadío que merecen un posterior comentario. Se inició el programa de mejora del Guadajoz con un presupuesto teórico de más de cien millones de euros con actuaciones en toda la cuenca. Se presentó un Plan Director de Turismo y desde Adegua y la Mancomunidad se lograron programas europeos como el PRODER, ADAPTD, Carrefour, LIFE con ayudas de más de ocho millones de euros.
Conseguimos el pleno empleo técnico con el 4% de parados, entre cuatrocientos o quinientos. Se continuaron con las rehabilitaciones de viviendas y con actuaciones de tipo social y cultural que comenzaban a darnos aires de sociedad europea. El Liceo vivió noches memorables con nuestros grupos superándose día a día y con las actuaciones de orquestas y conjuntos de rango nacional e internacional y elevándose muy notablemente el nivel de las actuaciones de las orquestas y artistas que actuaban en la Caseta Municipal contratando a los mejores de España.
Otra Baena fue posible, centralidad territorial, turismo cultural, agroindustria e inversión pública y privada, fueron los pilares de una nueva Baena que miraba al presente y al futuro con un cierto optimismo y esperanza.
Estos buenos años para Baena fueron mi compensación al tremendo esfuerzo que hube de hacer y también a las ingratitudes y al odio y envidias que suscitaron el éxito, en los que no querían que nada cambiara, que no eran necesariamente de ninguna ideología o clase social determinada, y a los que como signo de identidad de una sociedad no demasiado evolucionada siempre han tenido la frustración y la envidia como bandera, sobre todo si estos cambios interferían en sus intereses particulares.
Pasear por Baena a comienzos del siglo XXI era una grata sorpresa puesto que todos los días se podía descubrir algo nuevo, púbico o privado, destacando sobremanera los cinco aparcamientos subterráneos que dejaban atónitos a nuestros visitantes porque en ningún otro municipio andaluz de nuestras características o mayores existían estos equipamientos e incluso hoy, hay muy pocos que los tengan.
Puedo afirmar que estas inversiones no mermaron los recursos destinados a atenciones sociales y a cultura tanto en equipamientos como en programación porque supimos atraer inversiones privadas y públicas muy cuantiosas y conseguir ayudas de Europa, del Gobierno Central y de la Junta de Andalucía.
Comento con algún detenimiento tres asuntos que tuvieron y tienen una especial repercusión en la vida de los baenenses:
a) El Regadío de Olivar fue una de las grandes apuestas que Baena hizo a través de sus regantes y que yo me anticipé proponiendo un plan de más de siete mil hectáreas en nuestro término municipal, en mayor extensión, pero también en Luque, Castro, Espejo y Alcaudete, que después gestionó por su cuenta.
Siempre, desde que fui delegado de Obras Públicas, tuve claro que Baena tendría que beneficiarse de alguna forma de la gran infraestructura hidráulica que era el Pantano de Vadomojón y es por ello, que en cuanto tuve la oportunidad, ya de Alcalde, intenté conseguir que el Ministerio nos pagase el Impuesto de Bienes Inmuebles y que la Confederación autorizase el regadío de olivar.
El primer objetivo no lo alcanzamos porque el pantano era de regulación y éstos no pagan IBI, pero en el segundo me empleé a fondo hasta tal punto que estuve más de ocho años sin perder nunca el ánimo y transmitiendo confianza a los regantes aún cuando las cosas se ponían muy complicadas por no decir imposibles en algún momento dado que el Plan Hidrológico Nacional había finalizado y prohibido ni una sola hectárea más de regadío en ninguna cuenca.
Pero yo nunca di la batalla por perdida y, no sin asumir riesgos, animé a los regantes a confiar en sí mismos y a invertir en infraestructuras de riego porque me pareció que era una forma de presión frente a la poderosa Federación de Regantes del Guadalquivir (FERAGUA) y frente a la Confederación y al Ministerio.
Durante estos largos años no hubo mes en el que yo no viajase a Madrid, a Sevilla o a Córdoba para insistir en la causa que defendíamos. Nunca acepté las negativas que recibía como últimas porque tenía confianza en que al final lo lograríamos y para ello conté con la mayoría de los regantes, otros abandonaron, y con la inestimable ayuda de los máximos responsables del Ministerio y de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir: Jaime Palop, Praxedes Cañete, Joaquín del Campo y, especialmente, recuerdo a Juan Saura, director técnico de la Confederación sin cuya ayuda y consejo nunca hubiéramos llegado a conseguirlo.
Después, al final, llegaron asociaciones, sindicatos y otros a apuntarse los méritos de la empresa, pero realmente los que apostaron su dinero fueron los regantes y quien soportó la travesía del desierto en soledad fui yo. La gestión fue privada, por tanto nada tuvo que ver ni a mí me interesó, la formación de comunidades de regantes aunque tengo una opinión no muy favorable sobre los procedimientos empleados.
Autorizadas las miles hectáreas de regadío, las comunidades de regantes tuvieron a bien ofrecerme un reconocimiento público que ha sido el único que he tenido a lo largo de mi vida y otro privado del alcalde de la Malena, mi buen amigo Antonio Sánchez, que recibió fuertes presiones de la alcaldesa para no llevarlo a cabo. Los regantes no lo hicieron por afinidad política por lo que les estoy aún más agradecido y no porque yo especialmente tenga debilidad por los homenajes.
b) El Plan General de ordenación urbana de Baena es el instrumento urbanístico y territorial que diseñó la estructura de ciudad, potenció el centro histórico, la riqueza arqueológica. Controlando sus procesos de crecimiento y potenciando la centralidad comarcal y territorial. Su tramitación fue la más rápida que yo haya conocido jamás y tengo experiencia en ello. Duró dos años, 2001 y 2002, cuando lo normal es que la redacción y aprobación de un plan sobrepase los ocho.
Yo tenía clarísimo los objetivos y el modelo de ciudad que Baena necesitaba, consulté con expertos y seleccionamos uno de los equipos urbanísticos más importante de aquellos momentos: estudio de José Seguí. Los intereses económicos en torno a un Plan General siempre han sido y son el mayor inconveniente para la racionalidad y la bondad de resultado pero yo me anticipé controlando los procesos administrativos y haciendo que todos los legítimos o menos legítimos intereses quedaran supeditados al diseño que Baena necesitaba, lo que no quiere decir en absoluto que éste no tuviera deficiencias o excesos que han podido ponerse de manifiesto a lo largo del tiempo, si bien digo que mi valoración es en líneas generales muy positiva y que el tiempo vendrá a confirmarlo cuando unos gobernantes y una sociedad civilizada y honesta se propongan hacer de Baena lo que puede ser poniendo en valor todas sus potencialidades, que son muchas, sin mirar los pequeños intereses particulares que hoy, por su mezquindad, están destruyendo nuestras opciones y retrotrayéndonos a décadas pasadas.
Creo que a la luz del presente puede considerarse el modelo como expansivo, puesto que la decadencia galopante de Baena hacen que se resalte el trasvase y abandono del centro histórico de forma ostensible y muy preocupante, y las infraestructuras y equipamientos en general carecen de la atención y cuidado que merece una sociedad avanzada, pero ciertamente el PGOU se diseñó para una ciudad de veintitrés mil habitantes en desarrollo con un centro histórico súper equipado, cuidadísimo y potenciado económicamente por un turismo cultural no hubiera sufrido el proceso agónico que vive imputable en gran medida a nuestros gobernantes aunque esta decadencia es generalizada en toda la ciudad, sin llegar a estos extremos.
Baste decir que pueden comprarse excelentes casas por treinta mil euros y no sin razón primaria alguien puede pensar que si no hubiese habido una expansión en el ensanche, el centro histórico no se hubiera despoblado, pero eso es tanto como creer que se puedan poner puertas al campo ya que nuestros inversores y otros foráneos hubieran acabado ubicando sus actividades empresariales y construyendo sus barrios residenciales en la Estación de Luque, en San Bartolomé de Luque, en Castro del Río o en cualquiera de los pueblos limítrofes.
Así pues, en lugar de lamentar esta generación, entre los treinta y cincuenta años, tiene obligación de seleccionar a sus políticos y de estar a la altura de su tiempo para formular un modelo de una Baena avanzada y próspera porque es posible como pudimos demostrar durante décadas y entonces se acabarían los problemas estructurales que hoy con cierta angustia nos preocupan.
c) Un tercer tema lo comento con una mezcla de dolor y repugnancia, no ya tanto por lo personal cuanto porque degradó la convivencia, y yo diría algo más esencial, la imagen de la política como referente del servicio desinteresado a los demás de los más capacitados y vocacionales.
La persecución a la que fui sometido por los grupos políticos no fue generalizada, sino que tiene nombres y apellidos que impulsados, en alguna ocasión por particulares que los utilizaban como testaferros, simple y llanamente querían expulsarme de la vida pública porque conmigo no había ninguna posibilidad de mercadeo ni de corruptelas, salvo, lógicamente, que yo no me enterase.
Dulce Aguilera, Víctor de Prado y el resto de concejales del grupo del PP interpusieron en el año 2001 una querella por prevaricación contra Rafael Navea, como secretario del Ayuntamiento, y contra mí. Fue el llamado caso Promude que en esencia fue un mero error material cometido por el secretario al dar por aprobado en Pleno unos nombres del Consejo de Administración de la sociedad que no se habían tramitado y emitir la gerencia un certificado en base a ello, al que yo di el visto bueno para su registro.
Conocido el error se convalidó y rectificó sin daños ni perjuicios de ningún tipo para los intereses públicos, y por supuesto sin intención dolosa de absolutamente nadie. El juez, sorprendentemente, admitió a trámite la querella presentada y los periódicos afines al PP nos tuvieron dos años bajo sospecha con el natural deterioro que comporta la mala fe y la persecución.
Como era de esperar, la Audiencia nos absolvió y recuerdo que en el juicio los denunciantes hicieron ciertamente el ridículo puesto que no tenían base ninguna para llegar tan lejos. Me entristece pensar que hubo y hay quienes, aún a sabiendas de la inocencia, dañan el honor y la imagen sólo por odio o por ventaja política sin más consideración ni respeto.
Sin embargo, en general como puede comprobarse día a día desgraciadamente en todos los lugares, y en Baena abundan, cuando conocen irregularidades y presuntos delitos que han perjudicado y perjudican el presente y el futuro de Baena de forma gravísima, callan, otorgan, cuando no colaboran y son cómplices con su silencio porque carecen del valor cívico y moral al que están obligados por la representación política y social que voluntariamente han buscado.
Después, transcurridos unos años, fue IU quien continuó la persecución con el asunto de las facturas y el urbanismo, si bien es cierto que no todos. Y por último, los dirigentes del PSOE Local también han mantenido una actitud miserable en su intento de descalificación personal como anteriormente he mencionado.
Finalizo haciendo una odiosa comparación no seleccionada que refleja lo que fue Baena hasta 2011 y lo que es desde entonces:
1- Primer cuatrimestre año 2003: Intervenciones y actuaciones en la ciudad y en la sociedad.
10/01/2003: Restauración Hidrológica Ambiental y Defensa Avenidas Río Marbella (25% aportación municipal resto confederación, más de treinta millones). 18/01/2003: Sede Centro Tecnológico del Textil (mil setecientos cincuenta y siete metros cuadrados) que después de transformó en CADE para la formación y comercialización. 24/01/2003: Obras en Llano de Santa Marina, Juan Ocaña, Francisco López. 24/01/2003: Finaliza las obras del nuevo Juzgado de Baena en convenio con la Junta de Andalucía (mil ciento setenta metros cuadrados).
26/01/2003: Baena pierde veinte mil habitantes, diecinueve mil setecientos ochenta y cuatro, y se recuperan en dos años. 26/01/2003: El Ayuntamiento construye las obras de Cirugía Mayor ambulatoria en el Centro de Salud (quinientos mil euros, 60% Junta de Andalucía y el resto municipal). 29/01/2003: Se inaugura el monumento al Virrey del Pino del escultor Santiago de Santiago, uno de los mejores de su tiempo y reconocido en todo el mundo, lo donó Don Rafael del Pino.
29/01/2003: El ministro Álvarez Cascos inauguró la Variante, veinte millones de euros. 06/02/2003: Se aprueba provisionalmente el Plan General de Ordenación Urbana. 07/02/2003: Se acuerda con la sesión de vecinos de Albendín Al-Andalus, un Estatuto de Autonomía que rebaja la tensión permanente de la entidad local que reivindicaban.
11/02/2003: Apromuba se instala en la Casa de la Juventud. 18/02/2003: Los Alcaldes de la Nacional 432 piden desde Baena su transformación en autovía. 25/02/2003: Europa aprueba el programa PRODER para la comarca del Guadajoz de seis millones de euros. 28/02/2003: Se aprueba el Consejo Municipal de Albendín.
14/03/2003: Rafael del Pino es nombrado hijo adoptivo. 28/03/2003: Finalizan las obras del plan centro, Santa Marina, Francisco López, Juan Ocaña, Plaza del Ángel, aparcamientos, Almedina en general, Plaza de Palacio, con el objetivo de revitalizar el centro histórico. 29/03/2003: Se inaugura la restauración de Santa María la Mayor, trescientos cuarenta millones de pesetas de los que la mayor parte la pone el Ayuntamiento.
03/04/2003: El Ayuntamiento solicita el 1% Cultural a Fomento para restaurar el Castillo, consiguiendo tras múltiples visitas y gracias al Director General de Planificación, Jose María Verdú Valencia, brillante arquitecto y buen amigo; una subvención de cuatro millones de euros, no si un previo y profundo análisis y proyectos previos.
04/04/2003: Se inaugura el Centro Comercial Abierto. 05/04/2003: Comienzan las obras en el río Guadajoz con más de cien millones de euros de inversión. 11/04/2003: Se inaugura el Museo del Aceite, sufragado con dinero municipal, y se presenta el Plan Director de Turismo.
19/04/2003: representación de la zarzuela “El barberillo de Lavapiés”. 30/04/2003: Aprobación definitiva Plan General de Ordenación Urbana. 07/05/2003: Comienzan las obras del Politejo, con más de cinco millones de inversión; y se inaugura la nueva residencia de Aprosub. Días después la Once y Fecasto acuerdan construir una nueva residencia.
2- Primer cuatrimestre año 2018:
La Alcaldía incumple sus compromisos con la Asociación en Defensa del Patrimonio permitiendo que Castro siga apropiándose de Torreparedones. En Semana Santa, el Ayuntamiento no bachea ni las calles de la carrera oficial. Sigue la tramitación de la Relación de Puestos de Trabajo bajo sospecha por las denuncias de irregularidades y nepotismo de sindicatos y trabajadores. Baena disminuye el número de habitantes año tras año.
La Unión Europea rechaza la solicitud de fondos FEDER por haber devuelto gran parte de los que heredaron en 2011. Por primera vez Baena pierde una Escuela Taller. Nadie conoce que ocurrió con la excepcional fuente del parque del artista Paco Ariza.
El centro histórico sigue agonizando. Los gastos en sueldos y en políticos se incrementan. El PSOE aprueba una moción de memoria histórica de Izquierda Unida en la que hemos pasado de rotular nuestras calles con militares golpistas a hacerlo con nombres que nada dicen a la sociedad de Baena, en lugar de volver a la rotulación tradicional. Por supuesto, continúa el retroceso y hundimiento de Baena en todos los órdenes, lo que ya es un clamor de toda la población por encima de clases e ideologías.
LUIS MORENO CASTRO
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