La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo
Rural ha aprobado 1,6 millones de euros en ayudas a la inversión en
instalaciones de transformación e infraestructuras vinícolas. La medida,
como ha expuesto el titular de este departamento, Rodrigo Sánchez Haro,
se enmarca dentro del programa de apoyo al sector vitivinícola para el
periodo 2019-2023, que incluye otros capítulos como la reestructuración y
reconversión de viñedos, la promoción de vinos en mercados de terceros
países e inversiones para la modernización del sector.
Sánchez Haro ha hecho alusión, en este sentido, a la “gran oportunidad” que suponen los recursos de este plan de apoyo que cuenta para los próximos cinco años con financiación del Fondo Europeo Agrícola de Garantía (Feaga), en este caso particular, para las bodegas andaluzas, “para incidir en la mejora de la comercialización y el rendimiento global de las empresas y aumento de competitividad del sector” en particular.
Para el responsable del Gobierno andaluz, es importante que todo el complejo que forman las empresas vitivinícolas, las organizaciones de productores vitivinícolas reconocidas, las asociaciones de dos o más productores y las organizaciones interprofesionales aprovechen esta vía de crecimiento”.
Las ayudas concedidas a la inversión del sector vinícola, no en vano, van a propiciar, según ha detallado Rodrigo Sánchez, una suma público-privada de 5,9 millones de euros. Por provincias, cuatro empresas de Cádiz se repartirán 995.000 euros de estos incentivos (se traducirán en una inversión de 3,7 millones de euros); cuatro de Córdoba, 320.100 euros (para proyectos por valor de 1,1 millones de euros) y cuatro de Málaga, 308.600 euros (para una propuesta global de un millón de euros).
Las solicitudes para una segunda convocatoria de ayudas se podrán presentan hasta el día 1 de febrero de 2019. Con las propuestas recibidas, la Dirección General de Industrias y Cadena Agroalimentaria elaborará cada año una lista priorizada para su envío al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en la que disfrutarán de una mayor valoración las Entidades Asociativas Prioritarias reconocidas para el sector del vino, tanto de carácter estatal como regional, o las cooperativas y otras entidades asociativas agroalimentarias.
En este punto, Rodrigo Sánchez ha reivindicado la importancia de avanzar hacia una mayor agrupación de los primeros eslabones de la cadena alimentaria mediante la unión de las entidades asociativas y el asociacionismo agrario, el aumento de la dimensión empresarial y la máxima participación de los viticultores y elaboradores en la cadena de valor.
El programa de apoyo al sector vitivinícola para el periodo 2019-2023 abre la puerta, dentro de sus operaciones subvencionables, al impulso de la sostenibilidad integral de las industrias, en lo económico, lo social y lo ambiental; y al ahorro de energía, la eficiencia energética global, la utilización de energías renovables y la valorización y tratamiento de los residuos, sin olvidar la certificación ambiental de las instalaciones de las empresas vitivinícolas y la apuesta por la producción ecológica.
Otros de los campos en los que inciden estas ayudas son los regímenes de calidad, la comercialización, la innovación y la implantación de nuevos productos y presentaciones, así como la introducción de las tecnologías digitales en las empresas (industria conectada 4.0).
Sánchez Haro ha hecho alusión, en este sentido, a la “gran oportunidad” que suponen los recursos de este plan de apoyo que cuenta para los próximos cinco años con financiación del Fondo Europeo Agrícola de Garantía (Feaga), en este caso particular, para las bodegas andaluzas, “para incidir en la mejora de la comercialización y el rendimiento global de las empresas y aumento de competitividad del sector” en particular.
Para el responsable del Gobierno andaluz, es importante que todo el complejo que forman las empresas vitivinícolas, las organizaciones de productores vitivinícolas reconocidas, las asociaciones de dos o más productores y las organizaciones interprofesionales aprovechen esta vía de crecimiento”.
Las ayudas concedidas a la inversión del sector vinícola, no en vano, van a propiciar, según ha detallado Rodrigo Sánchez, una suma público-privada de 5,9 millones de euros. Por provincias, cuatro empresas de Cádiz se repartirán 995.000 euros de estos incentivos (se traducirán en una inversión de 3,7 millones de euros); cuatro de Córdoba, 320.100 euros (para proyectos por valor de 1,1 millones de euros) y cuatro de Málaga, 308.600 euros (para una propuesta global de un millón de euros).
Las solicitudes para una segunda convocatoria de ayudas se podrán presentan hasta el día 1 de febrero de 2019. Con las propuestas recibidas, la Dirección General de Industrias y Cadena Agroalimentaria elaborará cada año una lista priorizada para su envío al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en la que disfrutarán de una mayor valoración las Entidades Asociativas Prioritarias reconocidas para el sector del vino, tanto de carácter estatal como regional, o las cooperativas y otras entidades asociativas agroalimentarias.
En este punto, Rodrigo Sánchez ha reivindicado la importancia de avanzar hacia una mayor agrupación de los primeros eslabones de la cadena alimentaria mediante la unión de las entidades asociativas y el asociacionismo agrario, el aumento de la dimensión empresarial y la máxima participación de los viticultores y elaboradores en la cadena de valor.
El programa de apoyo al sector vitivinícola para el periodo 2019-2023 abre la puerta, dentro de sus operaciones subvencionables, al impulso de la sostenibilidad integral de las industrias, en lo económico, lo social y lo ambiental; y al ahorro de energía, la eficiencia energética global, la utilización de energías renovables y la valorización y tratamiento de los residuos, sin olvidar la certificación ambiental de las instalaciones de las empresas vitivinícolas y la apuesta por la producción ecológica.
Otros de los campos en los que inciden estas ayudas son los regímenes de calidad, la comercialización, la innovación y la implantación de nuevos productos y presentaciones, así como la introducción de las tecnologías digitales en las empresas (industria conectada 4.0).
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR