De nuevo he caído en brazos de Cole Latimer. Lo necesitaba. Me zambullo en esta novela romántica, como en un clásico de Antón Chéjov. Lo mismo escucho opera, que AC/DC, o sevillanas. Me gustan las películas de autor, me encanta My Blueberry Nights o No mires para abajo, pero también me distraigo viendo pelis moñas, siempre y cuando el argumento y la actuación sean creíbles.
En definitiva, me gustan y me emocionan miles de cosas. Me parece muy elitista o clasista tener que definirme dentro de un grupo. ¿Por qué no poder pertenecer a muchos? En determinados ambientes, parece que para formar parte de la manada tienes que tener determinadas aficiones y gustos. En la España del blanco y el negro, eres de los míos o estás contra mí.
Nos falta escuchar al otro; nos falta diálogo y respeto a las ideas ajenas. Nos falta espíritu democrático y ganas de llegar a acuerdos y soluciones. Cuando veo a políticos creando crispación, me encantaría que hubiera un torneo medieval, donde ellos se pegaran hasta que ganase uno y no utilizasen a los vasallos para que les hagan el juego sucio en la calle.
¿Hay paz dentro de alguien que odia y grita? No. Hay mucha gente que por sus actos puedes ver la negrura de su corazón, la poca empatía y las ganas de que la vida de los demás sea igual de mierda que la suya.
Yo le pediría a la energía que todo lo mueve que nos mande paz para el corazón, que convierta el odio en respeto y que todos seamos capaces de vernos como realmente somos: simples seres humanos, con independencia del dinero o del poder que ostentemos.Todos somos mortales. Por eso no quiero cosas materiales: solo quiero paz. Aunque suene a ilusa.
En definitiva, me gustan y me emocionan miles de cosas. Me parece muy elitista o clasista tener que definirme dentro de un grupo. ¿Por qué no poder pertenecer a muchos? En determinados ambientes, parece que para formar parte de la manada tienes que tener determinadas aficiones y gustos. En la España del blanco y el negro, eres de los míos o estás contra mí.
Nos falta escuchar al otro; nos falta diálogo y respeto a las ideas ajenas. Nos falta espíritu democrático y ganas de llegar a acuerdos y soluciones. Cuando veo a políticos creando crispación, me encantaría que hubiera un torneo medieval, donde ellos se pegaran hasta que ganase uno y no utilizasen a los vasallos para que les hagan el juego sucio en la calle.
¿Hay paz dentro de alguien que odia y grita? No. Hay mucha gente que por sus actos puedes ver la negrura de su corazón, la poca empatía y las ganas de que la vida de los demás sea igual de mierda que la suya.
Yo le pediría a la energía que todo lo mueve que nos mande paz para el corazón, que convierta el odio en respeto y que todos seamos capaces de vernos como realmente somos: simples seres humanos, con independencia del dinero o del poder que ostentemos.Todos somos mortales. Por eso no quiero cosas materiales: solo quiero paz. Aunque suene a ilusa.
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ