La Guardia Civil ha procedido a la detención de una persona y a la investigación de otras veintiuna como supuestas autoras de un delito contra la flora, la fauna y los animales domésticos, en su variante de “maltrato animal”, por la celebración de peleas de gallos en un local construido al efecto en la aldea de Monte Alto, perteneciente a la localidad cordobesa de La Carlota.
La investigación, que se desarrolló en el marco de la Operación Reñidero, ha permitido el rescate de 57 gallos, quince de los cuales presentaban heridas de diversa consideración, toda vez que otros seis fallecieron a consecuencia de los traumatismos que presentaban.
El operativo se inició tras tenerse conocimiento, a través de varias informaciones recibidas, que en un establecimiento de hostelería de la aldea de Monte Alto se estaban celebrando peleas de gallos que incumplían la normativa.
Ante ello, la Guardia Civil estableció recientemente un dispositivo de servicio orientado a comprobar las informaciones recibidas, que permitió localizar el “reñidero”, que se encontraba en la parte trasera de un establecimiento de hostelería, amparado por una Peña Gallera, donde supuestamente se organizaban multitudinarias peleas de gallos y se realizaban apuestas.
Durante el desarrollo de la inspección, se pudo comprobar que los combates entre las aves se desarrollaban dentro de un recinto acondicionado para ello, construido con materiales de calidad, dotado de gradas, galleras, así como de un círculo cerrado que servía de ring, donde se disputaban las peleas, a las que asistían un número aproximado de entre cien y 120 personas, dos de ellas menores de edad, que estaban acompañadas por su progenitores. "Algunos de ellos intentaron ocultarse en habitaciones próximas al reñidero, tras la llegada de la Guardia Civil", precisaron fuentes del Instituto Armado.
Durante una primera inspección se pudo localizar oculto entre la pared y una estructura metálica un gallo con heridas evidentes y en muy mal estado, del que no se responsabilizó ninguno de los asistentes y que está siendo objeto de investigación para determinar su propietario.
A su vez, los agentes detectaron otro gallo que carecía de todo tipo de identificación, con diversas heridas en el cuello, y que murió posteriormente, en presencia de los agentes. Asimismo, se localizaron evidencias de posibles apuestas, tales como anotaciones y papeletas, que fueron intervenidas, así como relojes de arena, cronómetros y varios medicamentos (excitantes para potenciar la agresividad de las aves y hemostáticos para controlar hemorragias).
Asimismo en otra estancia anexa se localizó otro pequeño recinto de pelea y un bidón con el cadáver de varias aves en avanzado estado de descomposición. De este modo, y fruto de las investigaciones realizadas, se ha podido constatar que entre los asistentes se encontraban personas que se habrían desplazado desde distintos puntos de la geografía andaluza y uno de Castilla-La Mancha, por lo que han sido denunciados por incumplir las medidas sobre desplazamientos interprovinciales establecidas con motivo del estado de alarma.
Asimismo y fruto de la inspección efectuada, se localizaron 170 gallos en total, de los que 57 estaban participando en peleas. Además, quince presentaban heridas de distinta consideración, otros seis fallecieron, mientras que otros 90, aproximadamente, se encontraban en un anexo al establecimiento y eran propiedad del titular del mismo, que carecía de varios de los requisitos necesarios para el mantenimiento de una explotación ganadera.
Además, la Guardia Civil procedió a la intervención de diez bolsitas con cogollos de marihuana, otras dos con hachís y una conteniendo una pequeña cantidad de cocaína, así como cuatro cigarros porro a medio consumir, además de varias cajetillas de tabaco, que fueron intervenidas, al carecer el titular del local de autorización para su venta al público.
Ante todo ello, los guardias civiles intervinientes procedieron a la instrucción de las pertinentes diligencias por la comisión de un supuesto delito de maltrato animal y de los oportunos expedientes de denuncia en materia de sanidad animal, seguridad de las instalaciones y epizootias.
Además, la Benemérita comprobó cuántos de los asistentes podían acreditar su condición de asociado a la Federación Andaluza de Defensa del Gallo Combatiente español. De hecho, se localizaron numerosos carnés de socio, numerados y sin rellenar, presumiendo que la intención sería la de tratar de acreditar la condición de socio ante una eventual inspección. Sin embargo, los agentes constataron que más del 70 por ciento de los asistentes no era socio federado de la Asociación de Defensa del Gallo Combatiente español.
Asimismo, se pudo comprobar el incumplimiento de la normativa vigente en el actual estado de alarma, como la reunión de más de quince personas y la circulación interprovincial, levantándose acta de todo ello y formulando más de 200 denuncias por todos estos conceptos.
Una actividad prohibida
En Andalucía, la Ley 11/2003 de 24 de noviembre de Protección de los Animales, en su artículo 4 y la Resolución de 3 de diciembre de 2004 señalan que quedan prohibidas “las peleas de gallos, salvo aquellas de selección de cría para la mejora de la raza y su exportación, realizadas en criaderos y locales debidamente autorizados con la sola y única asistencia de sus socios”.
De este modo, estas actividades solo podrán ser organizadas por peñas o asociaciones inscritas en los correspondientes registros públicos de la Junta de Andalucía y en criaderos o locales cerrados y debidamente autorizados por el respectivo Ayuntamiento, que no tendrán la consideración de establecimiento público a los efectos de la legislación vigente.
Las peleas de gallos que se celebren conforme a estas limitaciones no tendrán bajo ningún concepto la consideración de espectáculo público o actividad recreativa conforme a lo dispuesto en la Ley 13/1999 de 15 de diciembre, por lo que estarán reservadas exclusivamente a los socios de las entidades organizadoras o de otras igualmente inscritas y con la misma finalidad y requisitos, nunca al público en general.
La investigación, que se desarrolló en el marco de la Operación Reñidero, ha permitido el rescate de 57 gallos, quince de los cuales presentaban heridas de diversa consideración, toda vez que otros seis fallecieron a consecuencia de los traumatismos que presentaban.
El operativo se inició tras tenerse conocimiento, a través de varias informaciones recibidas, que en un establecimiento de hostelería de la aldea de Monte Alto se estaban celebrando peleas de gallos que incumplían la normativa.
Ante ello, la Guardia Civil estableció recientemente un dispositivo de servicio orientado a comprobar las informaciones recibidas, que permitió localizar el “reñidero”, que se encontraba en la parte trasera de un establecimiento de hostelería, amparado por una Peña Gallera, donde supuestamente se organizaban multitudinarias peleas de gallos y se realizaban apuestas.
Durante el desarrollo de la inspección, se pudo comprobar que los combates entre las aves se desarrollaban dentro de un recinto acondicionado para ello, construido con materiales de calidad, dotado de gradas, galleras, así como de un círculo cerrado que servía de ring, donde se disputaban las peleas, a las que asistían un número aproximado de entre cien y 120 personas, dos de ellas menores de edad, que estaban acompañadas por su progenitores. "Algunos de ellos intentaron ocultarse en habitaciones próximas al reñidero, tras la llegada de la Guardia Civil", precisaron fuentes del Instituto Armado.
Durante una primera inspección se pudo localizar oculto entre la pared y una estructura metálica un gallo con heridas evidentes y en muy mal estado, del que no se responsabilizó ninguno de los asistentes y que está siendo objeto de investigación para determinar su propietario.
A su vez, los agentes detectaron otro gallo que carecía de todo tipo de identificación, con diversas heridas en el cuello, y que murió posteriormente, en presencia de los agentes. Asimismo, se localizaron evidencias de posibles apuestas, tales como anotaciones y papeletas, que fueron intervenidas, así como relojes de arena, cronómetros y varios medicamentos (excitantes para potenciar la agresividad de las aves y hemostáticos para controlar hemorragias).
Asimismo en otra estancia anexa se localizó otro pequeño recinto de pelea y un bidón con el cadáver de varias aves en avanzado estado de descomposición. De este modo, y fruto de las investigaciones realizadas, se ha podido constatar que entre los asistentes se encontraban personas que se habrían desplazado desde distintos puntos de la geografía andaluza y uno de Castilla-La Mancha, por lo que han sido denunciados por incumplir las medidas sobre desplazamientos interprovinciales establecidas con motivo del estado de alarma.
Asimismo y fruto de la inspección efectuada, se localizaron 170 gallos en total, de los que 57 estaban participando en peleas. Además, quince presentaban heridas de distinta consideración, otros seis fallecieron, mientras que otros 90, aproximadamente, se encontraban en un anexo al establecimiento y eran propiedad del titular del mismo, que carecía de varios de los requisitos necesarios para el mantenimiento de una explotación ganadera.
Además, la Guardia Civil procedió a la intervención de diez bolsitas con cogollos de marihuana, otras dos con hachís y una conteniendo una pequeña cantidad de cocaína, así como cuatro cigarros porro a medio consumir, además de varias cajetillas de tabaco, que fueron intervenidas, al carecer el titular del local de autorización para su venta al público.
Ante todo ello, los guardias civiles intervinientes procedieron a la instrucción de las pertinentes diligencias por la comisión de un supuesto delito de maltrato animal y de los oportunos expedientes de denuncia en materia de sanidad animal, seguridad de las instalaciones y epizootias.
Además, la Benemérita comprobó cuántos de los asistentes podían acreditar su condición de asociado a la Federación Andaluza de Defensa del Gallo Combatiente español. De hecho, se localizaron numerosos carnés de socio, numerados y sin rellenar, presumiendo que la intención sería la de tratar de acreditar la condición de socio ante una eventual inspección. Sin embargo, los agentes constataron que más del 70 por ciento de los asistentes no era socio federado de la Asociación de Defensa del Gallo Combatiente español.
Asimismo, se pudo comprobar el incumplimiento de la normativa vigente en el actual estado de alarma, como la reunión de más de quince personas y la circulación interprovincial, levantándose acta de todo ello y formulando más de 200 denuncias por todos estos conceptos.
Una actividad prohibida
En Andalucía, la Ley 11/2003 de 24 de noviembre de Protección de los Animales, en su artículo 4 y la Resolución de 3 de diciembre de 2004 señalan que quedan prohibidas “las peleas de gallos, salvo aquellas de selección de cría para la mejora de la raza y su exportación, realizadas en criaderos y locales debidamente autorizados con la sola y única asistencia de sus socios”.
De este modo, estas actividades solo podrán ser organizadas por peñas o asociaciones inscritas en los correspondientes registros públicos de la Junta de Andalucía y en criaderos o locales cerrados y debidamente autorizados por el respectivo Ayuntamiento, que no tendrán la consideración de establecimiento público a los efectos de la legislación vigente.
Las peleas de gallos que se celebren conforme a estas limitaciones no tendrán bajo ningún concepto la consideración de espectáculo público o actividad recreativa conforme a lo dispuesto en la Ley 13/1999 de 15 de diciembre, por lo que estarán reservadas exclusivamente a los socios de las entidades organizadoras o de otras igualmente inscritas y con la misma finalidad y requisitos, nunca al público en general.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL