La delegada territorial Educación y Deporte en Córdoba, Inmaculada Troncoso, ha valorado positivamente el aumento de centros escolares que forman parte del programa de la Consejería Vivir y Sentir el Patrimonio, “lo que demuestra la gran implicación del profesorado en el tratamiento transversal del patrimonio para que el alumnado, desde la infancia, lo sienta propio y, de esta forma, aprenda a respetarlo y a conservarlo”, en palabras de la delegada. En este curso escolar son 57 los centros –entre ellos la SAFA de Baena– que participan en este Programa de Innovación Educativa, frente a los 41 del pasado curso.
“Sin duda, se hace necesario un programa educativo que permita que el alumnado sienta suyo el Patrimonio, que le ofrezca la posibilidad de asumir que su identidad deriva de referentes patrimoniales que explican qué somos, cómo somos, por qué hemos llegado a ser así y cómo nos relacionamos con los demás”, ha subrayado la delegada. Así, “nuestro Patrimonio es una herramienta eficaz en el ejercicio del derecho fundamental de acceso a la cultura y del respeto a la diversidad cultural”.
El Programa Vivir y Sentir el Patrimonio está dirigido al alumnado de todas las etapas educativas, desde Educación Infantil hasta Escuela de Arte, y nace con la finalidad esencial de favorecer “el disfrute, conocimiento y comprensión de los valores históricos, artísticos, etnográficos, científicos y técnicos de los bienes culturales”. En definitiva, “que el alumnado sienta suyo el Patrimonio”.
En concreto, participan en la iniciativa los colegios de Infantil y Primaria Jerónimo Luis de Cabrera, Obispo Osio, Fernán Pérez de Oliva, Averroes, los cuatro de la capital; Sor Felipa de la Cruz de Belalcázar, Araceli Bujalance Arcos de Encinarejo de Córdoba; Santa Catalina de Fuente la Lancha; San Francisco Solano de Montoro; Alfredo Gil de Peñarroya-Pueblonuevo; Ginés Sepúlveda de Pozoblanco; San Pedro y Santa Teresa de Santa Eufemia; José Antonio Valenzuela de La Victoria; y Andalucía de Posadas.
Además, se le unen el colegio público rural Maestro José Alcolea de Fuente Obejuna; y los centros docentes privados Sagrada Familia y Santa Victoria, ambos de la capital; Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia de Baena; La Asunción de Montilla; La Inmaculada de Pozoblanco; y Compañía de María y Alemán, ambos de Puente Genil.
En cuanto a los institutos, forman parte del programa los IES Clara Campoamor, Marqués de Comares y Miguel de Cervantes, los tres de Lucena; Ipagro y Vicente Núñez, ambos de Aguilar de la Frontera; Lope de Vega de Fuente Obejuna; Jerez y Caballero de Hinojosa del Duque; Emilio Canalejo Olmeda e Inca Garcilaso, ambos de Montilla; Aljanadic de Posadas, Álvarez Cubero de Priego de Córdoba; Profesor Tierno Galván de La Rambla; Cárbula de Almodóvar del Río; Nuevas Poblaciones de La Carlota; Colonial de Fuente Palmera; Duque de Rivas de Hornachuelos; La Escribana de Villaviciosa; Nuevo Scala de Rute; Puente de Alcolea de Alcolea; Virgen del Campo de Cañete de las Torres; Mirador del Genil de Iznájar; Juan de Soto Alvarado de Belalcázar; y Ategua de Castro del Río.
En la capital, se desarrolla en los institutos de Enseñanza Secundaria El Tablero, Luis de Góngora, Averroes, López-Neyra, Blas Infante, Galileo Galilei, Trassierra, Alhakén II, Gran Capitán y Santa Catalina de Siena. Por último, también llevan a cabo la iniciativa la residencia escolar La Aduana, la Escuela de Arte Dionisio Ortiz y el Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río, los tres de la capital.
A modo de ejemplo, el IES Ategua de Castro del Río, uno de los centros que repite este año en el Programa, se marca como objetivo “poner en valor los museos, espacios locales peculiares, dedicados a exponer arte y favorecer que el alumnado conozca a los artistas locales, sus vidas, sus historias y conozcan sus obras y creaciones”, ha explicado la delegada.
“Sin duda, se hace necesario un programa educativo que permita que el alumnado sienta suyo el Patrimonio, que le ofrezca la posibilidad de asumir que su identidad deriva de referentes patrimoniales que explican qué somos, cómo somos, por qué hemos llegado a ser así y cómo nos relacionamos con los demás”, ha subrayado la delegada. Así, “nuestro Patrimonio es una herramienta eficaz en el ejercicio del derecho fundamental de acceso a la cultura y del respeto a la diversidad cultural”.
El Programa Vivir y Sentir el Patrimonio está dirigido al alumnado de todas las etapas educativas, desde Educación Infantil hasta Escuela de Arte, y nace con la finalidad esencial de favorecer “el disfrute, conocimiento y comprensión de los valores históricos, artísticos, etnográficos, científicos y técnicos de los bienes culturales”. En definitiva, “que el alumnado sienta suyo el Patrimonio”.
En concreto, participan en la iniciativa los colegios de Infantil y Primaria Jerónimo Luis de Cabrera, Obispo Osio, Fernán Pérez de Oliva, Averroes, los cuatro de la capital; Sor Felipa de la Cruz de Belalcázar, Araceli Bujalance Arcos de Encinarejo de Córdoba; Santa Catalina de Fuente la Lancha; San Francisco Solano de Montoro; Alfredo Gil de Peñarroya-Pueblonuevo; Ginés Sepúlveda de Pozoblanco; San Pedro y Santa Teresa de Santa Eufemia; José Antonio Valenzuela de La Victoria; y Andalucía de Posadas.
Además, se le unen el colegio público rural Maestro José Alcolea de Fuente Obejuna; y los centros docentes privados Sagrada Familia y Santa Victoria, ambos de la capital; Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia de Baena; La Asunción de Montilla; La Inmaculada de Pozoblanco; y Compañía de María y Alemán, ambos de Puente Genil.
En cuanto a los institutos, forman parte del programa los IES Clara Campoamor, Marqués de Comares y Miguel de Cervantes, los tres de Lucena; Ipagro y Vicente Núñez, ambos de Aguilar de la Frontera; Lope de Vega de Fuente Obejuna; Jerez y Caballero de Hinojosa del Duque; Emilio Canalejo Olmeda e Inca Garcilaso, ambos de Montilla; Aljanadic de Posadas, Álvarez Cubero de Priego de Córdoba; Profesor Tierno Galván de La Rambla; Cárbula de Almodóvar del Río; Nuevas Poblaciones de La Carlota; Colonial de Fuente Palmera; Duque de Rivas de Hornachuelos; La Escribana de Villaviciosa; Nuevo Scala de Rute; Puente de Alcolea de Alcolea; Virgen del Campo de Cañete de las Torres; Mirador del Genil de Iznájar; Juan de Soto Alvarado de Belalcázar; y Ategua de Castro del Río.
En la capital, se desarrolla en los institutos de Enseñanza Secundaria El Tablero, Luis de Góngora, Averroes, López-Neyra, Blas Infante, Galileo Galilei, Trassierra, Alhakén II, Gran Capitán y Santa Catalina de Siena. Por último, también llevan a cabo la iniciativa la residencia escolar La Aduana, la Escuela de Arte Dionisio Ortiz y el Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río, los tres de la capital.
A modo de ejemplo, el IES Ategua de Castro del Río, uno de los centros que repite este año en el Programa, se marca como objetivo “poner en valor los museos, espacios locales peculiares, dedicados a exponer arte y favorecer que el alumnado conozca a los artistas locales, sus vidas, sus historias y conozcan sus obras y creaciones”, ha explicado la delegada.
“Los alumnos de este centro han iniciado su andadura este curso escolar con la visita del alumnado de 3º y 4º de ESO a los diferentes espacios museos de la localidad dentro de la apertura extraordinaria en torno a la feria artesanal Ars Olea que Castro del Rio celebra en torno al mes de octubre”.
Metodología activa
El Programa proporciona los instrumentos para realizar programaciones e implementaciones conjuntamente, que al mismo tiempo tengan en cuenta la realidad de los medios de comunicación y la propia familia como contextos donde el Patrimonio se crea, se protege, se transmite o se pone en valor.
Por otro, ofrece recursos y herramientas claras, sencillas y útiles para que el profesorado se sienta capaz de poder aplicarlas. El fin de la educación patrimonial es conectar el Patrimonio depositaria. Esa conexión solo es posible si se consigue con la sociedad, que es su generadora, propietaria y despertar la inquietud por conocer el Patrimonio en la comunidad educativa. “Para ello se ha de poner en marcha una metodología activa y participativa, encaminada a la innovación educativa”, ha concluido la delegada.
Metodología activa
El Programa proporciona los instrumentos para realizar programaciones e implementaciones conjuntamente, que al mismo tiempo tengan en cuenta la realidad de los medios de comunicación y la propia familia como contextos donde el Patrimonio se crea, se protege, se transmite o se pone en valor.
Por otro, ofrece recursos y herramientas claras, sencillas y útiles para que el profesorado se sienta capaz de poder aplicarlas. El fin de la educación patrimonial es conectar el Patrimonio depositaria. Esa conexión solo es posible si se consigue con la sociedad, que es su generadora, propietaria y despertar la inquietud por conocer el Patrimonio en la comunidad educativa. “Para ello se ha de poner en marcha una metodología activa y participativa, encaminada a la innovación educativa”, ha concluido la delegada.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL